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El 3 de septiembre (A.A.) se celebraría una sesión extraordinaria, presidida por el Alcalde Prudencio Fernández-Lacuesta del Val, quien enterado del fallecimiento, el día anterior, del ilustre y preclaro hijo de esta Ciudad Manuel Bartolomé Cossío, creyendo interpretar el deseo, no solo del Ayuntamiento, sino de todo buen harense, había ordenado que se izase a media asta la Bandera Nacional con crespones de luto en la fachada del Ayuntamiento, citando urgentemente para celebrar la sesión extraordinaria para dar cuenta de la desgracia que afligía a Haro y a España entera. Habiendo ordenado al Jardinero municipal la confección de una corona de flores naturales para enviarse rápidamente a Madrid con el fin de que fuese partícipe en el entierro y de no ser posible, así como la participación de una representación de este Municipio, como había pensado proponer, ofrecería a la Corporación las siguientes iniciativas:
1º.- Que conste en Acta el mayor sentimiento por la pérdida de su hijo más ilustre.
2º.- Enviar telegramas de pésame a la familia y al Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros asociándose al duelo nacional.
3º.- Remitir al Excmo. Alcalde de Madrid la corona, con sentida dedicatoria, para que éste ordenase fuese colocada en la sepultura de del llorado Maestro.
4º.- Mandar copia del Acta a la familia del finado.
Manifestándose todos los señores Concejales estar en un todo de acuerdo con lo expuesto por la Presidencia.
Acuerdos que serían agradecidos, en carta leída el 4 de octubre, por su hija Natalia Cossío de Jiménez.
A las seis y media de la tarde del día 1 de octubre, en el Teatro Bretón de los Herreros, tendría lugar la solemne apertura del curso académico 1935-36, cumpliendo orden telegráfica del subsecretario del Ministerio de Instrucción pública.
Amenizaría el acto la orquesta que dirigía Virgilio Mendiola, que al aparecer las autoridades en el escenario interpretaría el Himno de Riego. Presidido por el director de Instituto Enrique Moliner, también acudirían el Alcalde Prudencio Fernández-Lacuesta, el Capitán de la Guardia Civil Luis Azorín, el Juez de Instrucción Claudio de la Fuente y el Director de la Escuela de Trabajo Víctor Aguirre. Encontrándose asimismo en el escenario los ediles Martínez Lacuesta y Alonso; el Director de las Escuelas Nacionales Ismenio Moneo y el claustro de profesores del Instituto.
Abierto el acto tomaría la palabra el Secretario del Centro Justiniano García Prado, que indicaría que durante el pasado curso el número de alumnos matriculados había sido de 124, con 769 inscripciones.
Para finalizar el Alcalde entregaría un diploma a los alumnos calificados con Matrícula de Honor en los cursos 1933-34 y 1934-35, pasando a recibirlo Rafael Lejardi Gutiérrez de León, Manuel Eraña Aldama, María del Milagro Delgado Oñate, Felipe Santos Zubiaurre, Luis Varona Arnáez, José Vicente García Ruiz, Blas Julio González Ortega, Lucio Estefanía Sarralde, María del Carmen Godoy Oñate, María Concepción Moneo Pinedo y Luis García Lecha.
Y el señor Moliner haría uso de la palabra dedicando un cariñoso recuerdo a Manuel Bartolomé Cossío.
El lunes 7 de octubre se realizarían los exámenes extraordinarios en el Instituto Cossío, figurando su resultado en el diario La Rioja, corresponsalía del 09-10-1935 donde también constan los nombres de José Antonio Espinosa Angulo, Eduardo Santa Cruz Sánchez, Blas Julio González Ortega, Ángel Cereceda Barrios, Leonardo Miguel Giménez, Ambrosio Lacort Suso y Luis García Lecha, que tras los exámenes oficiales de septiembre, habían finalizado el Bachillerato.
El mismo diario, corresponsalía del 13-11-1935, continuaría anunciando las donaciones de libros con destino a la Biblioteca del Instituto, diciendo que el ya importante número de volúmenes había sido engrosado por la importante colección perteneciente al fallecido médico Pedro Martínez-Crespo, había sido donada, en su totalidad al Centro por sus nietos José Luis, profesor de francés del Instituto, y Manuel Mozos Martínez-Crespo, médico en la localidad.
El 6 de diciembre el Alcalde daría cuenta de la instancia que se pretendía elevar al Ministerio de Instrucción Pública solicitando la transformación del Instituto Elemental en Nacional, fundamentándose en los datos estadísticos que se mostraban en el expediente que se incluía, siendo un homenaje en memoria de Manuel Bartolomé Cossío. Comunicación que sería aprobada, pero haciendo el Teniente de Alcalde Felipe Aragón ciertas consideraciones, al decir, parece que en esta Ciudad estamos desamparados del Poder Central, proponiendo que una Comisión llevase, en mano, a Madrid, la petición y Memoria. Desplazamiento que el edil José María Martínez Lacuesta, no consideraría conveniente.
El 17 de enero de 1936 el señor Aragón daría lectura de una carta del Ministro de Instrucción Pública, contestando a la solicitud sobre la elevación a Nacional del Instituto Elemental de Segunda Enseñanza. Documento no localizado.
El 31 de enero de 1936 se daría cuenta de una comunicación de la Subsecretaría del Ministerio de Instrucción Pública, trasladando una Orden por la que se resuelve que el Instituto Elemental de 2ª enseñanza de esta Ciudad, se denomine Cossío en memoria del insigne Maestro Manuel Bartolomé Cossío.
Hecho del que la Corporación, por unanimidad, acordaría darse por enterada y recibir la noticia con satisfacción.
Pocos días más tarde, el 7 de febrero (A.A.), el Director del Instituto Enrique Moliner solicitaría la confección de un letrero que reflejase la denominación recientemente concedida. Y el 14 del mismo mes, comunicaría las gestiones que había realizado para la adquisición de un busto de tan distinguida persona que sería esculpido por el artista local señor Gordobil para ser colocado en el Instituto que llevaba su nombre, solicitando a la Corporación que colaborase con 75 pesetas que restaban para completar su costo. Petición que sería aprobada por unanimidad.
Y pocas fechas más tarde volvería a solicitar la adquisición del letrero con la denominación de Cossío, recientemente designada.
