El ‘think tank’ OIKOS ha publicado un estudio innovador que arroja luz sobre posibles cambios en el clima de La Rioja en las próximas décadas. Según el estudio, si se mantienen las políticas actuales de descarbonización a nivel mundial, las temperaturas en La Rioja podrían aumentar hasta 1,7°C para mediados de siglo, y las precipitaciones podrían disminuir en un 9% para el año 2100.
Sin embargo, en un escenario donde se tomen medidas inmediatas y coordinadas para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, el aumento de las temperaturas en La Rioja en 2050 sería de 1,1°C, y la disminución de las precipitaciones sería del 2,2% para el año 2100, según este informe.
Este estudio se basa en análisis realizados por destacadas entidades, como la Network for Greening the Financial System (NGFS), el grupo de trabajo de bancos centrales líderes y científicos climáticos, que establece diversos escenarios que van desde las políticas actuales de descarbonización (Políticas Actuales) hasta una transición caótica y desordenada (Divergencia Net Zero) y una acción inmediata y coordinada para lograr los objetivos de París (Net Zero 2050).
Transición energética “desordenada”
Además, el informe advierte que España podría sufrir una pérdida de más del 4% de su Producto Interior Bruto (PIB) para 2050 si se mantienen las actuales políticas globales de descarbonización. También destaca que la inflación podría aumentar en más de 3 puntos en las próximas dos décadas si no se implementan las medidas adecuadas, lo que podría provocar una recesión y un aumento del desempleo.
España se encuentra en una posición particularmente vulnerable debido a su ubicación geográfica y su estructura económica, por lo que se considera esencial una transición energética ordenada, según el informe de OIKOS.
Las principales conclusiones del informe ponen de manifiesto que “la lucha contra el cambio climático solo puede ser efectiva si es global a medio y largo plazo, con políticas públicas aún no desplegadas, pero no con medidas unilaterales sin coordinación internacional”, asegura el cofundador de OIKOS, Toni Timoner.
Timoner insiste en que “la oportunidad de actuar con una transición ordenada se está cerrando a medida que se posponen medidas de descarbonización” y añade que, en vista de los resultados del informe, “a España le compensa económicamente más que a la mayoría del resto de socios europeos impulsar una transición energética ordenada e inmediata y acelerar los esfuerzos de adaptación climática”.
“La ruta óptima para minimizar el impacto económico es una transición ordenada hacia un mix energético que, junto con el despliegue de mecanismos de captura y almacenamiento de CO2, permita una reducción progresiva de emisiones sin costes económicos onerosos”, señala Timoner.
En resumen, el informe subraya la necesidad de tomar medidas globales a largo plazo para combatir el cambio climático, con la coordinación internacional como elemento clave. También reconoce que España ha logrado cierto desacoplamiento entre el crecimiento económico y las emisiones, pero enfatiza la importancia de aplicar medidas colectivas, incluso en países en desarrollo. La transición energética se considera económicamente beneficiosa, pero se advierte contra un cambio desordenado que podría conducir a problemas económicos y sociales.