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Ante la ola de incendios que arrasa nuestro país y gran parte del planeta, dejando tras de sí pérdidas irreparables de biodiversidad y vidas humanas, volvemos a constatar nuestra fragilidad como sociedad y la vulnerabilidad de nuestro sistema.
Mientras tanto, demasiados políticos y ciudadanos siguen recelosos de comprender que la crisis climática no es una opinión, sino un hecho científicamente constatado, cuya inercia nos arrastra hacia escenarios cada vez más peligrosos. Persisten en negar tanto la ciencia como la evidencia, mientras los hechos que acontecen, en forma de catástrofes naturales, anuncian el final del Holoceno y el avance devastador del Antropoceno. Y así, resulta imposible estar preparados para afrontar estas dramáticas situaciones y las venideras.
Catástrofes cada vez más virulentas, recurrentes e impredecibles
Siento tener que recordar, y de verdad lo siento, que los incendios forestales y demás fenómenos extremos serán cada vez más virulentos, recurrentes e impredecibles, consecuencia directa de múltiples factores interrelacionados y generados por nuestro modelo sistémico.
Este articulo de opinión no es el lugar apropiado para un análisis exhaustivo de esas causas, pero sí para recordar que la legislación vigente asigna responsabilidades claras en materia de prevención y respuesta.
Marco legal y distribución de competencias
La Constitución Española, en su artículo 148 (apartados 8 y 9), atribuye a las Comunidades Autónomas competencias en gestión forestal, protección del medio ambiente y protección civil.
Sobre esa base, rige la Ley 17/2015, del Sistema Nacional de Protección Civil, que define los niveles de emergencia:
Nivel 1: Competencia local.
Nivel 2: Competencia autonómica.
Nivel 3: El Estado asume la dirección, previa petición de la Comunidad Autónoma o por la magnitud de la catástrofe.
Además, debe citarse la Ley 43/2003 de Montes, modificada en la 21/2015, que establece la obligación de las Administraciones Públicas de velar por la prevención de incendios, la gestión sostenible de los montes y la restauración de los ecosistemas afectados.
En consecuencia: las CCAA son las principales responsables de la planificación, elaboración de planes de prevención y dotación presupuestaria de recursos y medios. Esto debe quedar meridianamente claro, de una vez por todas y en lo sucesivo.
Recortes presupuestarios y negligencia política
Aquí surge la contradicción: varias de las comunidades más castigadas por el fuego son las que más han reducido sus partidas en prevención y extinción, curiosamente gobernadas por PP-VOX:
Castilla y León: -89 % desde 2009.
Andalucía: -67 % desde 2009.
Madrid: -27 % desde 2019.
Galicia: -5 % respecto al año pasado, siendo la CCAA más castigada por incendios, año tras año.
En Madrid, los bomberos estaban en huelga hasta que se declaró el incendio de Tres Cantos, reclamando mejoras laborales a Isabel Díaz Ayuso y Tragsa, empresa concesionaria en la que participa la propia CAM. Las reclamaciones no se dirigían a Pedro Sánchez, por una cuestión simple:
Las competencias son autonómicas.
Estrategias políticas incendiarias
Frente a la evidencia de su incompetencia en la prevención y gestión, los gobiernos autonómicos de PP-VOX suelen reaccionar con estrategias de distracción y burdas falacias: Culpar al gobierno central, señalar a ecologistas por leyes imaginarias que “impiden limpiar montes” o incluso inventar supuestos “pirómanos de izquierdas” que queman bosques para instalar renovables bajo el dictado de la Agenda 2030.
Se trata de una estrategia política tan miserable y peligrosa como su incompetente gestión, que difunde bulos y mensajes negacionistas con la misma velocidad a la que se propagan los incendios de sexta generación.
La gran pregunta
Hoy, con 7 de los 9 límites planetarios sobrepasados, condiciones ambientales, que permiten nuestro proceso vital, completamente alteradas y una gestión política PP-VOX ecocida y muy deficiente, cabe preguntarse:
¿Cómo afrontaremos en un futuro cercano una mayor cantidad de incendios de sexta generación provocados por olas de calor más prolongadas y temperaturas más altas, tormentas secas con mayor carga de energía, componente eléctrica y vientos sostenidos superiores a los 100 km/h?
La respuesta de la derecha y ultraderecha negacionista ya la conocemos:
“Echar más leña al fuego y seguir vendiendo humo”
Lo que debemos exigir
A los demás actores políticos y a la sociedad civil nos corresponde exigir con urgencia:
Escuchar a la comunidad científica.
Legislar con valentía.
Invertir recursos suficientes.
Aplicar políticas regeneradoras, no solo sostenibles.
Porque el daño ya es tan profundo que la sostenibilidad no basta. Necesitamos regenerar nuestra biosfera y nuestra relación con ella. El punto de no retorno está cada vez más cerca, y su impacto social se está deshumanizando a pasos agigantados.
Desde el PSOE HARO queremos enviar nuestro pésame a los familiares y amigos de las víctimas. Nuestra solidaridad a todos los afectados, admiración y respeto a los efectivos y voluntarios que están trabajando sin descanso en la extinción de los incendios.
Miguel García Urquidi es concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Haro