¿Y quién iba a pensar hace unos años que con un ordenador y un par de palabras “clave” alguien podría hacer suyo un texto escrito íntegramente por Inteligencia Artificial? Pues casi al mismo tiempo se puede decir que nadie y todos a la vez.
Las nuevas tecnologías avanzan a la velocidad de la luz, mientras que hay cerebros que se quedan anclados en el uso de la IA para lanzar mensajes en forma de ‘Carta al director’, ya que con sus palabras no son capaces de defender sus propias ideas. Cuanto menos es curioso, ya que cuando crees en lo que dices, las palabras salen solas, pero defender lo indefendible cuesta tiempo y trabajo. Tanto es el tiempo, que llega a convertirse en infinito, cosa que la sociedad de hoy en día no tiene.
Y nada más lejos de la defensa de una idea propia con ayuda externa (IA), está también el anonimato a la hora de firmar un documento escrito de “su puño y letra” (entiéndase la ironía). Algo que viene siendo ya habitual en el devenir de los acontecimientos entre la ciudadanía jarrera, que utiliza los medios de comunicación y las redes sociales bajo el anonimato (llámese seudónimo) para defender a unos y “cargar” contra otros.
Y casualmente es un patrón de conducta repetido en la historia. Siempre, siempre, siempre son los mismos los que todo lo hacen mal, y siempre, siempre, siempre son los mismos los que todo lo hacen bien. Y para ser escrupulosamente específicos, siempre, siempre, siempre, esos mensajes están firmados de manera anónima a través de un seudónimo o perfil falso.
“Cuando te crees lo que defiendes, las palabras salen solas”
Aquí quizás esté el quid de la cuestión. Lejos del anonimato, siempre es aconsejable utilizar nombre y apellidos a la hora de firmar algo, cualquier cosa. Lo digo por experiencia propia, ya que en el corto periodo de tiempo que llevo escribiendo artículos de opinión, jamás lo he hecho bajo otro nombre que no sea el mío.
Y lo hago convencida del motivo y de la causa, porque creo lo que defiendo, y si no lo hiciera puedo asegurar que, primeramente, no escribiría al respecto, pero si fuera una obligación casi consagrada, lo haría de manera anónima y encima me vería obligada a utilizar la IA, porque como bien he dicho antes, cuando te crees lo que defiendes, las palabras salen solas.
Para terminar y a modo de conclusión, creo que todo iría mucho mejor si las cosas se dijeran “a la cara” y con educación, algo que últimamente también brilla por su ausencia ya que estamos. Y como me creo lo que estoy escribiendo y encima lo defiendo, lo hago de “mi puño y letra”, y lo firmo con mi nombre y apellido.
Naiara Hernáez es la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Haro