Ahorrar tiene buena prensa. Alguien pronuncia esa palabra y en nuestras cabezas suena una campanita como la que escuchaban los perros de Pavlov. Ellos salivaban, nosotros confiamos en esas personas. Porque ahorrar suena a previsión, a futuro seguro. Las personas que dicen ahorrar son de fiar. Son hormigas de buena reputación.
En política pasa algo parecido. Ahorrar es un argumento sólido, fácil pero sólido, que casi nadie puede discutir. Es que se preocupa por nosotros, pensamos del político que dice querer ahorrar. No seré yo quien diga que ahorrar está mal, que es una pérdida de tiempo o que los políticos que dicen eso no son de fiar. No seré yo.
Un ayuntamiento no puede especular o arriesgar el dinero que tiene, o que no tiene. Un equipo de gobierno tiene que tener un orden en ingresos y gastos pero ahorrar significa guardar dinero. Yo me pregunto qué sentido tiene que un ayuntamiento guarde dinero cuando siempre hay escasez de servicios públicos. Abrir la persiana de un municipio todos los días no es barato y después de hacerlo el dinero que quede debe ser invertido. El dinero tiene que estar para ayudar y servir a la ciudadanía.
El dinero tiene que estar para ayudar y servir a la ciudadanía
Porque quitar dinero de un sitio y ponerlo en otro no es ahorrar, es invertir de otra manera. Y eso es una política municipal legítima. Y si eso es a lo que se refieren los políticos que dicen querer ahorrar, que lo expliquen. Que lo comuniquen bien.
Que comuniquen para qué quieren ahorrar. Para meterlo en una cuenta para por si acaso cuando hay vecinos y vecinas pasándolo mal en el municipio, mientras hay instalaciones en malas condiciones, mientras los comerciantes no saben qué hacer para atraer clientes o para hacer acopio de dinero para reinvertirlo.
Comunicar bien a la ciudadanía la política municipal es importante, necesario y un derecho para la misma. No es un lujo. Es un canal de comunicación que tiene que estar definido, alumbrado y bien asfaltado para que pueda ser de doble dirección. Y si para eso hay que invertir bien, se invierte.
Ahorrar en comunicación es como cortar la luz para no gastar. No se nos ocurre negar la luz a ciertos vecinos para ahorrar, pero no parece descabellado cortar la luz intelectual a ciertos vecinos porque hay que ahorrar. Cortar la luz para ahorrar solo consigue tener más dinero, pero estando completamente a oscuras.