María Josefa Rivas (Jaén, 1957) se despide este martes oficialmente como médico rural en Rodezno, Zarratón y Ollauri. Tras estudiar medicina en Barcelona y aprobar las oposiciones en Andalucía, su primer destino en La Rioja fue Canales de la Sierra, antes de recalar en la comarca de Haro. “La mitad de mi vida la he pasado en estos pueblos. Me voy muy agradecida por la gente que he conocido, con la gente a la que he cogido mucho cariño y que me ha atendido muy bien”.
Ayer Rodezno dedicó a María Josefa una cálida despedida, un cariñoso homenaje, con lunch y regalo incluido, que la doctora no se esperaba para nada. “Ni por asomo me esperaba un homenaje así. Mi familia me llevó engañada, en plan de visita turística a Rodezno y me encontré con ese acto que recibí con mucha ilusión. Estoy contenta, feliz y muy agradecida”, cuenta Rivas emocionada, que dirá mañana adiós definitivamente a 33 años atendiendo a pacientes que, con el tiempo, casi se han convertido en parientes.
Y es que a muchos de ellos los ha visto crecer y formar una familia. Ha acabado atendiendo a sus hijos en el consultorio y ha visto como muchos de esos pacientes se hacían mayores y enfermaban por la edad. “Se hace un poco duro cuando un paciente al que has tratado toda tu vida enferma o muere porque se convierten como en parte de la familia”, explica Rivas, que reconoce que estos dos años de pandemia también han sido “muy duros. Ha sido una época de mucho trabajo, de mucha preocupación, pero se ha ido sobrellevando y parece que ahora lo estamos llevando bien, y aquí estamos”.
“En los pueblos sus vecinos requieren un trato cercano, más directo”
En su despedida, Rivas también ha querido dejar algunos mensajes sobre cómo se está llevando la atención sanitaria en el medio rural. “Ya hemos hablado con los responsables de la forma en la que se tendría que seguir llevando la atención médica en los pueblos, pero eso parece que va a cambiar”, asume. “En los pueblos sus vecinos requieren un trato cercano, más directo, yendo a sus casas, y eso se va a acabar porque no hay profesionales. Todo está encaminado a las nuevas tecnologías y la atención ya no va a ser como antes. Considero que la atención tiene que ser como ha sido hasta ahora, pero con variaciones. A la gente de los pueblos, donde la mayor parte es gente mayor, no les vale con una consulta por webcam”, remacha Rivas, que disfrutará ahora de una merecida jubilación en Haro, donde vive junto a su familia.