El 6 de noviembre de 1936 un total de doce vecinos de los pueblos riojanos de San Asensio, Anguciana, Rodezno, San Vicente de la Sonsierra, Treviana y Haro fueron ejecutados y enterrados en el término municipal de Labastida.
86 años después Ezker Anitza-IU e Izquierda Unida La Rioja siguen recordando este triste episodio, y así, dirigentes de ambas formaciones y representantes de los colectivos memorialistas Asociación La Barranca y Asociación Labastida 1933 han rendido homenaje a estos vecinos “fusilados por el único hecho de haber luchado por la libertad y la defensa del legitimo Gobierno de la Republica y olvidados por las instituciones durante todos estos años”.
Las direcciones de ambas formaciones han colocado un ramo de flores y las personas asistentes han depositado claveles en su memoria en el lugar donde se localiza la fosa, situada en la zona conocida como ‘La Virgen’, en la carretera de Rivas de Tereso, a 1,5 kilómetros de Labastida.
Durante el emotivo homenaje, Ezker Anitza-IU e Izquierda Unida La Rioja han asegurado que es “importante dar visibilidad y rendir homenaje a estos 12 vecinos riojanos asesinados por el fascismo por el único hecho de haber luchado por la libertad”.
En ese sentido, ambas formaciones han reclamado al Gobierno Vasco, al Gobierno de La Rioja y a los Ayuntamientos implicados que “muevan ficha de una vez para convertir esta fosa en un lugar debidamente señalizado para la memoria histórica y el reconocimiento de las víctimas, y como una aportación a la memoria democrática colectiva”.
“Olvido institucional”
Las dos formaciones promotoras de este homenaje han lamentado que “ninguna institución pública haya querido en ningún momento reconocer a las víctimas mediante la instalación de algún monolito o elemento que recuerde los hechos allí ocurridos”.
Y han argumentado que el Gobierno vasco “no ha actuado porque los asesinados eran de la comunidad vecina, y el Gobierno de La Rioja, por su parte, tampoco ha emprendido ninguna acción de memoria histórica porque la fosa se encuentra en territorio alavés”. “Unos por otros se sigue sin hacer justicia con las víctimas y sus familias”, han manifestado.
Propuesta en el Parlamento Vasco
Para poner fin a este olvido institucional, el parlamentario de Ezker Anitza-IU dentro del grupo Elkarrekin Podemos IU, Jon Hernández, presentó el pasado año una iniciativa para “dignificar y señalizar de forma adecuada la fosa común de Labastida”, que fue aprobada por la cámara vasca. En la Propuesta No de Ley se instaba al Gobierno vasco a colaborar con las instituciones implicadas para llevar a cabo este reconocimiento. Sin embargo, hasta la fecha “ninguna de estas instituciones ha dado cumplimento al acuerdo plenario”, han denunciado.
Exhumaciones
Los restos de Vicente Rojas Carborenas y Felices del Campo Ábalos, de San Asensio; Félix Urrecho Ruiz, Ismenio Moneo Tordomar, Leopoldo González Izarra y Francisco San Juan Melchán, de Haro; Nicolás Sojo Bastida, de Anguciana; Braulio Antón García, de Rodezno; y Juan Martínez Ábalos y Martín Ramírez Apilánez, de San Vicente de la Sonsierra, Ceferino Sagredo Hermosilla y su hermano Cipriano Sagredo Hermosilla de Treviana, fueron exhumados por la iniciativa privada de varias vecinas y vecinos.
El permiso para realizar el trámite fue solicitado al Gobernador Civil de la provincia de Logroño el 10 de diciembre de 1979 por Blanca Ramírez López, hija de uno de los asesinados.
El 8 de junio de 1980 los restos de estos 12 vecinos fueron depositados en el cementerio de San Vicente de la Sonsierra con una multitudinaria manifestación.
“Debemos conservar la memoria de estos ciudadanos de Haro y debemos exigir a las Instituciones, entre ellos al Ayuntamiento de Haro, que ‘recuerde y honre’ a estos conciudadanos nuestros. Sabemos que en tiempos en los que Patricio Capellán era alcalde de la ciudad se compraron ofrendas (posiblemente medallas) destinadas a remediar este olvido”, señala Julio Martínez, representante del Partido Comunista y de IU en Haro.
