En el término de Perdigón encontramos uno de los rincones más curiosos del paisaje jarrero, ya que se halla englobado dentro del recodo de Hondón o más detalladamente es el paraje que se encuentra sobre el puente de Briñas, la planicie de Piedra Redonda, las Cañas y Vicuana. En este lugar podemos localizar una necrópolis, un chozo y los restos de la ‘Torre de la Estrella’. Debiendo mencionar que, en los actuales planos de Iberpix y mapas anteriores del ING además de incluir ‘El Castillo’, incluyen el término que estamos describiendo.
Una vez que accedemos a los pies de la ‘Torre de la Estrella’, o ‘Castillete’, por cualquiera de las tres rutas existentes, encontraremos un chozo o guardaviñas que tiene la forma habitual de estas construcciones con forma de falsa cúpula. Parece realizada con sillares reutilizados regulares con acceso a su interior donde encontramos un banco semicircular, también muy típico de estas estructuras.
A los pies del chozo se extiende una gran lastra que contiene una necrópolis, que también es muy común en toda esta zona de los Obarenes y la Sonsierra. Probablemente se trate de una zona de enterramiento o cementerio de los poblados de Dondón y Tondón, dejándose ver sus tumbas antropomórficas excavadas con orientación hacia el este, detalle muy habitual en este tipo de sepulturas.
‘Torre de la Estrella’
Hay que decir que cúmulos muy similares existieron, y existen, por ejemplo, en las dos vertientes, Norte y Sur, de los Riscos Bilibianos, como en el antiguo poblado de Bilibio, Labastida, San Vicente, …, siendo su tamaño de alrededor de un 1 ½ metros de longitud y unos 20 cm de profundidad. Tumbas que desde muy antiguo están abiertas y vacías.
Imágenes de las diversas tumbas en la necrópolis. La última foto muestra la hornacina presente en la zona | Fotos: Carlos Mena
A los pies de la necrópolis y del chozo encontramos una hornacina labrada, que podemos suponer que se usaría como almacén agrícola, o para servicios religiosos que bien pudo contener, por ejemplo, la imagen de la Virgen del Puente en una forma eremita de culto.
Por último encontramos el cerro donde se asentaba la ‘Torre de la Estrella’ o ‘Castillete’, que en su origen, posiblemente, pudo servir como atalaya de vigilancia, pudiéndose observar su forma estrellada, o rosa de los vientos, de 8 puntas. Hoy se encuentra rozando la ruina, conservándose los lienzos que indican los principales puntos cardinales y el arranque de una jamba, existiendo múltiples piedras esparcidas por el terreno o reutilizadas para marcar lindes o terrazas. Su datación es problemática, aunque caben bastantes posibilidades de su existencia desde la época bajomedieval.
Hergueta sostiene, por el contrario, que no es muy antigua, sobreviviendo hasta nuestros días gracias a que durante las guerras Carlistas fue utilizada como puesto para un destacamento de carabineros, por lo cual también sería conocida como el ‘Castillo de los guardias’.