Hacemos nuestra la proclama utilizada por las plataformas de protección del medio rural. Ya desde hace años defendemos que no nos encontramos enfrentados al desarrollo de las fuentes de energía sostenible, pero desde luego no “a cualquier precio” y “a rastras” de las indicaciones de los grandes poderes económicos.
Por eso resulta preciso contemplar el hecho de que los grandes proyectos eólicos y fotovoltaicos suponen un enorme impacto ambiental en las zonas donde se desarrollan y afectan no sólo a la salud de sus habitantes sino también al turismo y a otras actividades económicas.
La Rioja Alta presenta un panorama vegetal y un aprovechamiento agrícola cuya protección resulta de fundamental importancia. La especial salvaguarda del este suelo agrario de alto valor, del suelo agrario de regadío y de los suelos agrarios de concentración parcelaria que asegure su continuidad como suelo agrícola resulta fundamental no sólo para mantener este legado paisajístico sino también para luchar contra este fenómeno de despoblación rural que nos afecta.
“Páramo desierto de poblaciones y de viñas”
La ejecución desordenada de megaproyectos, siguiendo las indicaciones de las multinacionales energéticas que verán doblados sus beneficios económicos, harán “nuestras vidas más pobres” y contribuirán a que nuestro territorio se convierta en un páramo desierto de pobladores y de viñas.
Ya a principios de 2021 Henar Moreno, junto con las plataformas de desarrollo sostenible, propusieron la paralización de los proyectos eólicos y fotovoltaicos realizados sin un proyecto de reestructuración del territorio como paso previo fundamental. También el 6 de mayo de 2021 una PNL presentada por Izquierda Unida fue aprobada en el Parlamento Riojano como “instrucción vinculante” que defendía la consecución de un desarrollo “ordenado, eficiente y sostenible” de todas las instalaciones de producción de energías renovables y “SIEMPRE” de forma consensuada con los Ayuntamientos, las Asociaciones Ecologistas y los movimientos sociales.
Exigimos de las consejerías de nuestra Comunidad Autónoma que un paso previo a la puesta en marcha o la aprobación de proyectos que supongan una modificación transcendental de los territorios afectados cuenten “necesariamente” con el respaldo y el apoyo de los vecinos de los municipios afectados. El impacto ambiental de este tipo de estructuras resulta tan enorme, provocando una modificación del estilo de vida y de los recursos económicos tradicionales de los pobladores de estos territorios que a nuestro juicio se deben paralizar cualquier tipo de medidas que faciliten la implantación de lo que se convertiría en “eriales productores de energía” desprovistos de pobladores y por tanto de la vida que conocemos.
No nos negamos a la evolución tecnológica y a la obtención de energías sostenibles, pero si que creemos que resulta básico priorizar en la obtención de un Plan de estructuración del territorio que posibilite la decisión de la aprobación de las medidas más adecuadas y menos perjudiciales para los territorios.
Julio Martínez Flórez y Gregorio Martínez. Izquierda Unida en Haro.
