Los primeros años de la posguerra. Marín continúa el relato de sus “Recuerdos” en el capítulo que titula “Reconstrucción de mi vida” dando cuenta de cómo inmediatamente terminada la guerra obtuvo un salvoconducto y consiguió llegar a Madrid; de su reencuentro en el domicilio familiar con Inés, la cocinera, que lo había defendido “cual si fuese un baluarte” y convertido la casa en una pensión; de su regreso a Fuenterrabía, acompañado de Inés, en donde la familia pasó el verano, regresando a Madrid en septiembre; del resurgimiento de sus “asuntos particulares” en Madrid y de su dimisión como director de Hormaeche que “se encontraba prácticamente en periodo de liquidación”; de su dedicación en Madrid a los proyectos interrumpidos por la guerra, mientras mantenía su puesto en Obras Públicas de Zamora; de su dedicación a la construcción de edificios en Madrid; y su traslado, en mayo de 1945, a Inspección Central de Circulación y Transportes por Carretera en Madrid, gracias a las influencias de “mi buen amigo y compañero Amalio Hidalgo”, que ocupaba el puesto de Director General de Ferrocarriles.
Investigaciones matemáticas
El propio José Marín expone cómo “Este destino tranquilo, sin preocupaciones y no mal retribuido, me permitía desarrollar mis actividades particulares y dedicarme también a ciertas investigaciones matemáticas”.
José Marín publicó varios artículos sobre “Aplicaciones de la función de Green a la Elasticidad”: en 1946 y 1947 en la Revista de Obras Públicas y también en los números 41, 42 y 43 de la revista Alfa. Estos últimos serían editados en 1948 en forma de separata, en cuya introducción Marín describe sus artículos como aplicaciones elementales con resultados satisfactorios pues, si bien con ellos no ha resuelto ningún problema nuevo, “en todos los tratados resulta ventajosa y recomendable su aplicación” aunque solo sea por la uniformidad conseguida. José Marín presentó un trabajo sobre estas aplicaciones en un concurso convocado en 1949 por la Asociación de Ingenieros de Uruguay, resultando ganador.
Presidencia de Boetticher y Navarro
El 29 de mayo de 1951 José Marín tomó posesión de la presidencia del Consejo de Administración de “Boetticher y Navarro”, empresa fundada en 1904, dedicada a la fabricación de equipos electromecánicos, como ascensores, turbinas y otros equipamientos para obras hidráulicas; a finales de los años 40 del siglo pasado figuraba entre las 40 principales empresas industriales de España por valor de activos y formaba parte del “Instituto Nacional de Industria”. El nombramiento es narrado detalladamente por Marín en las últimas páginas de sus “Recuerdos de mi vida”. El cargo permanecía vacante desde finales de 1950 al fallecer José Luis Gómez Navarro, hijo de uno de los dos fundadores de la empresa y compañero de promoción de José Marín quién, casualmente, había redactado su nota necrológica publicada en la “Revista de Obras Públicas”. Marín relata emotivamente la visita que recibió del “anciano” José Luis Gómez Navarro (sic) para “rogarle” aceptase la oferta del “Instituto Nacional de Industria” diciéndole que en él “había puesto toda su confianza para la defensa de los intereses de sus nietos”.
Medalla al Mérito en el Trabajo
El BOE del 3 de agosto de 1959 publicó el acuerdo del Consejo de Ministros de conceder a José Marín Toyos la Medalla «al Mérito en el Trabajo» en su categoría de Oro. La disposición del BOE incluye una breve semblanza de la vida y méritos profesionales de Marín, que puede considerarse un buen resumen de lo escrito en sus “Recuerdos”. El 23 de junio de 1963 ingresó en la Academia de Doctores de Madrid como doctor Ingeniero de Caminos. En su discurso de ingreso desarrolló el tema “La investigación operativa”, sobre el que publicó, firmando ya como doctor, un artículo en febrero de 1964 en la Revista de Obras Públicas. En la misma revista publicó, entre 1927 y 1954, 18 artículos de contenido más técnico, la mayoría sobre cálculos de estructuras y construcciones.
El 30 de octubre de 1954 contraen matrimonio María de la Vega, primogénita del matrimonio Marín Almarza, con el Ingeniero de Minas José Ramón Ramírez Guitián, que ingresó como Ingeniero en “Fundiciones Iglesias”, empresa del grupo Boetticher y Navarro.
Por las esquelas familiares sabemos los nombres de los cónyuges de los demás hijos, José, Carmen y María Teresa; respectivamente, María Luisa Peñuelas Musat, Augusto Guitard Castillón y Manuel de Rábago Pardo.
José Marín escribe en sus “Recuerdos” cómo “Todos los días pido al Cielo que conserve la vida de Vega más que la mía. Sería horroroso perderla, no puedo pensarlo”. No se cumplió su deseo. María de la Vega Almarza falleció en Madrid el 24 de marzo de 1963; José Marín, también en Madrid, el 21 de mayo de 1968.
Sigo disfrutando del placer de hurgar en los libros de viejo. La casualidad hizo que a finales del año 2020 cayera en mis manos un ejemplar de “Aplicaciones de la función de Green a la elasticidad”. También contenía una sorpresa llena de jarrerismo; la dedicatoria manuscrita: “A mi querido amigo de la infancia Dionisio Enciso como recuerdo. J. Marín”.
Los libros siempre están llenos de maravillosas sorpresas. Es una cuestión de curiosidad.
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