- Los hermanos Marín Toyos (VI): la “reconstrucción” de la vida de José Marín Toyos
- Los hermanos Marín Toyos (IV): primeros años y primeros estudios de José Marín Toyos
José Marín recoge en sus “Recuerdos” su noviazgo en Madrid, desde la primavera de 1925, con “la señorita Vega Almarza, paisana mía, con la que había jugado muchas veces en Haro cuando éramos niños”. Vega Almarza Martín, nació en Haro el 29 de septiembre de 1897. Su padre Augusto Almarza, médico titular de Haro, fue uno de los impulsores de la creación en 1902 de la “Asociación de Médicos Titulares de España”, siendo además su primer presidente, lo que motivó su residencia en Madrid.
Matrimonio con Vega Almarza
El 5 de agosto de 1926 contrajeron matrimonio José Marín Toyos y Vega Almarza Martín en la parroquia del Buen Suceso de Madrid. Fueron testigos por parte del novio, Mateo Silvela [padre] y José Casuso, Ingeniero Jefe de Marín Toyos en su empleo en el Ayuntamiento de Madrid, “dos protectores a los que siempre recordaré con gratitud”. El viaje nupcial discurrió por Zaragoza, San Sebastián, Biarritz y Haro. El matrimonio se instaló en el domicilio de la madre de José, en Madrid, “con la condición de que no la separaría nunca de su lado”.
El 26 de junio de 1927 nació María de la Vega, primogénita del matrimonio Marín Almarza; más tarde lo harían José, María del Carmen y María Teresa, nacida el 5 de abril de 1937.
En 1927 finalizó sus estudios de Ingeniería de Caminos con calificación de sobresaliente, siendo el número uno de su promoción y obteniendo además el Premio Escalona de fin de carrera. En diciembre del mismo año presentó su proyecto de fin de carrera acerca de un nuevo viaducto de la calle Bailén sobre la calle Segovia en Madrid, presentación que tuvo lugar en una visita de Alfonso XIII a la Escuela de Ingenieros de Caminos, a quien “cupo el honor de estrechar su mano”. Como alumno de sexto año de la Escuela de Caminos ya había publicado dos artículos en la “Revista de Obras Públicas” sobre ese viaducto y su mal estado de conservación. José Marín formó parte de un equipo que presentó sin éxito un proyecto “futurista”, que incluía ocho rascacielos, cuando en 1932 se convocó un concurso para la renovación del viaducto.
Primeros años de ejercicio como Ingeniero de Caminos
En noviembre de 1927 José Marín aceptó la oferta laboral de la Sociedad General de Obras y Construcciones de Bilbao, ciudad a la que trasladó su residencia familiar.
En abril de 1929 fue nombrado Director del puerto de San Esteban de Pravia (Asturias) por el Conde de Guadalhorce, Ministro de Fomento, lo que ocasionó su cambio de residencia a la aldea asturiana de Somao.
José relata en su “Recuerdos” el fallecimiento de su madre el 5 de abril de 1931 en Somao, donde vivía cuidada por él y su mujer. Reseña también cómo con el cambio de régimen político comenzó “a sentirse cierta intranquilidad, recibí varios anónimos que amenazaban a mi persona y a la de mi familia”; y cómo “estas circunstancias… unidas a que mi carácter recto y severo no era del agrado de las organizaciones obreras que empezaban a imponerse como en todas partes, me hicieron gestionar otro destino”.
José Marín comenzó el año 1933 incorporándose al Gabinete Técnico de Accesos y Extrarradio de Madrid, lo que le permitió “desarrollar otras actividades compatibles con el destino oficial” como trabajar para la empresa “Mercados y Edificios Públicos” en los proyectos de los mercados de Santa María de la Cabeza y de Maravillas de Madrid y para “Construcciones Aeronáuticas” en varios encargos para su factoría de Getafe. También pudo dedicarse a negocios inmobiliarios como promotor de un edificio de viviendas de alquiler de nueve plantas en Madrid o editoriales, como fundador y director de la revista “Navegación, Puertos e Industrias del Mar”, “que no tuvo gran éxito”.
La vida de José Marín durante la guerra
El 5 de julio de 1936 toda la familia Marín Almarza se trasladó a Algorta donde habían previsto pasar el verano. El día 12 José Marín regresó a Madrid donde “la cosa política estaba muy revuelta”. José Marín escribe en sus memorias haber estado “siempre al margen de toda política” y agradece a Dios “que por no figurar en ningún fichero de ninguna organización política, de recreo, ni de ninguna otra significación; por no haber provocado rencores dentro de mi esfera de trabajo, ni siquiera frecuentar tertulias en cafés, fuese un perfecto desconocido y ningún ataque personal recibí”. También reseña uno de los registros “de carácter general” que padeció y su afán por reunirse con su mujer e hijos, relatando una pintoresca y frustrada argucia para tratar de juntarse con su familia figurando como miembro de una compañía de cómicos.
El 4 de abril de 1937 nació María Teresa, cuarta hija de los Marín Almarza. De este nacimiento José refiere en sus “Recuerdos” “mi pobre mujer dentro de los muchos sufrimientos por los que atravesaba, tuvo las asistencias necesarias y suficientes que las circunstancias permitían”; y cómo “Al poco tiempo llegó el asedio de las tropas nacionales a Bilbao y se autorizó la evacuación de mujeres y niños a Francia; mi mujer… decidió evacuar y antes de un mes de haber alumbrado al cuarto hijo se metió en la bodega de un barco mercante con sus cuatro hijos –la mayor de 10 años– y la dejaron con su bagaje en un muelle de Burdeos; decidió trasladarse a Toulouse en donde había una familia española conocida y allá llegó sin que me pueda imaginar cómo”. También menciona su logro de un “pasaporte para un solo viaje con el que me lancé a pasar la frontera por Port-Bou”; las emociones del reencuentro familiar en Toulouse y “de conocer a mi hija pequeña que ya contaba seis meses”; y su regreso a la “España Nacional” cruzando a pie el puente internacional desde Hendaya.
Marín continúa el relato de sus memorias con las formalidades al atravesar la aduana y los trámites y declaraciones que tuvo que realizar; la fortuna de su encuentro casual con Carlos Díaz Tolosana, Ingeniero de Caminos, conocido desde sus tiempos de ayudante en la Jefatura de Obras Públicas de León, que le dio ánimos y dinero y le “prestó su aval con lo que ya podía tener el indispensable salvoconducto”; su obligada presentación en la Jefatura de Obras Públicas de San Sebastián “como trámite previo a la presentación en el Ministerio para incoar el expediente de depuración”; su “declaración jurada obedeciendo al cuestionario establecido” en la comisión de Obras Públicas de la Junta Técnica del Estado instalada en Burgos; y su establecimiento en Fuenterrabía, siguiendo lo aconsejado por Tolosana, donde continuó toda la familia hasta el final de la guerra. Tras prestar servicios en el Puente Internacional y en “una oficina de interpretación del espionaje nacional en Irún” en la que también estaba el Conde de Godo, y ante la tardanza de la resolución de su expediente de depuración, José Marín aceptó en septiembre de 1937 la propuesta de Tolosana de hacerse cargo de los asuntos que en la zona nacional tenía la “Sociedad General de Obras y Construcciones Hormaeche”, principalmente la terminación del tramo de ferrocarril entre Aranda y Burgos.
El expediente de depuración de José Marín tuvo resolución favorable y el 16 de diciembre de 1937 fue destinado a la Jefatura de Obras Públicas de Zamora. José menciona en su autobiografía cómo fue rechazada su solicitud de excedencia en Zamora pero, ante “el mucho trabajo atrasado de proyectos” que había, se le permitió realizarlos desde Burgos, manteniendo su empleo en Hormaeche, donde pronto fue designado Director. También informa cómo estuvo asignado a la Jefatura de Obras Públicas de Zamora durante siete años y algunas de las labores realizadas.
El próximo artículo, y último de los dedicados a los hermanos Marín Toyos, completará la biografía del José Marín.