Última parada antes de las vacaciones de Navidad que estirarán el descanso de la Liga Iberdrola hasta el 23 de enero, fecha en la que el OSACC Haro Rioja Vóley regresará a la competición en casa y ante el Sanaya Libby’s de La Laguna. Y el calendario quiere que el cuadro de Alberto Avellaneda despida este año en Lugo ante el Arenal Emevé y que lo haga, además, con todas las precauciones del mundo porque, después de encadenar cuatro victorias consecutivas y a pesar de la irregularidad que sitúa al equipo gallego en la décima posición de la tabla, con tan sólo seis punto y dos triunfos, el técnico mirandés no se fía lo más mínimo.
Y es que a Avellaneda le llama poderosamente la atención su victoria ante el Avarca Menorca por 3-0 en tierras lucenses y el sufrimiento de Alcobendas para hacerse con el triunfo en el ‘tie break’, y se pone consecuentemente en alerta. “Es un equipo muy intenso en defensa, que trabaja muchísimo la bola rápida buscando el ‘block-out’ y estoy convencido de que van a hacer un gran partido y nos van a poner las cosas difíciles”. El entrenador de Miranda trabaja sobre esa tesis.
Enfrente un equipo “aguerrido en defensa y sin complejos en ataque”
Así, frente a la red, las azules se encontrarán con un equipo “aguerrido en defensa y que se lanza sin complejos en ataque”. De ahí la máxima cautela. Por ello, Avellaneda trabaja, al mismo tiempo, sobre todos los escenarios posibles porque el OSACC Haro llega a la cita de este sábado (Pabellón Municipal de Lugo, 17:30 horas) “muy justito, como todos los equipos, y con algunas jugadoras tocadas”, y en buena medida con ganas de meterse en ese mes de vacío que permitirá recuperar el poderío de toda la plantilla al cien por cien. “Serán unas semanas de descanso que centraremos más en el apartado físico para volver a empezar de nuevo”, avanza Avellaneda, que suspira por “aprovecharlo bien para poder reiniciar el trabajo a pleno rendimiento”.
Porque, a fin de cuentas, ésa es la principal asignatura que buena parte de los bloques de la Liga Iberdrola tratan de aprobar ahora tras moverse en situaciones atípicas como la parada de 8 días provocada por la COVID-19 que obligó a afrontar uno de los duelos con un único día de preparación, después de haber permanecido otros tantos días encerrados en casa.
“Fue en Santa Cugat y resultó uno de los partidos más intensos de la temporada que precedió, además, a varias semanas con compromisos los miércoles y sábados. Es algo que nos ha podido afectar, a ese nivel. Pero lo importante es que hemos podido seguir jugando y acabar la competición creo que será muy positivo para nosotros y para el deporte en general”, asegura Avellaneda. Y cada día que pasa parece que queda menos para conseguirlo, después del fiasco del ejercicio pasado cuando se tuvo que finiquitar la temporada por la pandemia.
