El Haro Deportivo recurrirá la sanción de diez partidos impuesta a su entrenador, Aitor Calle, por los hechos ocurridos tras el encuentro con la SD Logroñés. Según el técnico vizcaíno, lo descrito en el acta del partido “no se ajusta a la realidad”.
La sanción impuesta al entrenador se divide en seis partidos de sanción por “insultos, ofensas verbales y actitudes injuriosas” y otros cuatro partidos por “producirse con violencia leve hacia los árbitros”.
“Me duele que mi historial quede manchado como si fuera violento cuando no lo soy”
Calle cuenta que tras acabar el partido se dirigió al lugar donde se encontraba el árbitro dentro del césped para que le explicara la expulsión de Kevin Calle.
El entrenador vizcaíno quiere dejar claro que la expulsión no se produce tras los insultos y el momento en el que increpa al colegiado si no antes y que él actúa “así de mal cuando me expulsan”.
“Le pregunté que si le parecía de expulsión lo de Kevin, que para mí sólo había sido un forcejeo. En ese momento no le dije nada más, y entonces me expulsó, y fue cuando reventé, algo que no debería haber hecho. Le increpé y le insulté, pero no le llamé subnormal porque no es una palabra que yo utilizo”, explica el entrenador del Haro, que también asegura que no golpeó con el puño en el pecho al árbitro, como también queda reflejado en el acta.
“Cuando vi que se daba la vuelta y me dejaba con la palabra en la boca, con la mano abierta le di en la espalda para que reparara en mí y requerir su atención. Al darse la vuelta y ver como me miraba, me di cuenta de que me había equivocado y que no tuve que actuar así. Fue un error y lo asumo, al igual que la multa, pero lo que más me duele son los diez partidos de sanción, que no pueda desempeñar mi trabajo, y que mi historial como entrenador quede manchado porque me considerarán un entrenador violento cuando no lo soy”, confiesa Calle, que podría perderse toda la fase por la salvación del Haro, que arranca este miércoles en Portugalete.
