La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, se felicita y agradece a la Consejería de Educación por su decisión de instalar medidores de CO2 en las aulas, tal y como venía reclamando “insistentemente” este sindicato antes de que comenzase el presente curso escolar y previendo “la peligrosa evolución de la pandemia por COVID-19 y las bajas temperaturas”.
En concreto, la Consejería de Educación ha adquirido 178 medidores de CO2 para repartir entre los centros públicos de nuestra comunidad autónoma.
CSIF considera que es “una buena noticia pero insuficiente, ya que el número de medidores es escaso para alcanzar a todas las aulas de nuestros centros escolares”. “Además seguimos pidiendo filtros HEPA para depurar el aire, ya que se ha demostrado su eficacia para prevenir posibles contagios por coronavirus y otros agentes patógenos. Asimismo son dispositivos que permiten no tener que ventilar constantemente los espacios cerrados como se viene haciendo hasta ahora a pesar de la bajas temperaturas del invierno”, consideran.
“Recordemos que recientemente sufrimos una ola de aire gélido en pleno momento crítico de la pandemia, y la renovación del aire era obligada para evitar los contagios, pero el frío hacía que la situación en el aula fuese insostenible. Máxime con sistemas de calefacción no adaptados”, señalan.
Vacuna a todos los trabajadores de la Administración pública
Sin duda, los medidores de C02 “tan demandados por este sindicato van a ser de gran ayuda, pero hay que actualizar los sistemas de calefacción y la instalación de filtros HEPA que mejoren las condiciones higiénicas de las aulas y no se conviertan en recintos peligrosos o imposibles de estar”.
Por otro lado, CSIF sigue exigiendo que “la vacuna se aplique a todos los trabajadores de las administraciones públicas que tengan un alto riesgo de exposición al contagio por COVID-19, como es el personal docente”.
CSIF insiste en que gran parte de estos profesionales “ejercen su trabajo en entornos cerrados en condiciones de proximidad y por lo tanto el riesgo de contagio es más alto que el de la población general”.
Dada la situación actual, a la Consejería de Educación “todavía le queda mucho trabajo por hacer, como es actualizar los protocolos COVID; disminuir las ratios en las aulas; aumentar la presencia de personal de prevención de riesgos laborales para asesorar en las medidas; personal sanitario en los centros educativos de forma permanente y la adaptación de currículos, entre otras cosas”, consideran.