La denominada ‘vendimia de las mascarillas’ será difícil de olvidar. Una de las más especiales, sin duda, por el telón de fondo de la pandemia que ha obligado a estrechar las medidas sanitarias y a estar ojo avizor con una situación complicada, pero que ya está superada en la mayor parte de las bodegas del entorno de Haro. Los trabajos se han realizado con mascarilla, se han realizado exhaustivos controles de temperatura entre las cuadrillas de temporeros, se ha respetado la distancia de seguridad y se ha renunciado a la fiesta que tradicionalmente cierra la vendimia. Pero además de sobreponerse al virus, los profesionales han tenido que hacer frente también a las enfermedades que atacan directamente al viñedo y a las tormentas de granizo, que también han dejado su huella.
Para cuatro bodegas de Haro, la vendimia 2020 se ha superado “con nota” y la labor durante estos intensos días servirá para que en el futuro se puedan solventar muchos otros retos. Como primer apunte se ha tratado de la vendimia más corta ya que nunca se había cerrado a estas alturas del año. Cosas de la meteorología, principalmente.
“Un buen año, a pesar de todo”
Aunque ha sido una campaña “marcada por la presión de las plagas como el oídio y el mildiu, el granizo o la pandemia”, para Álvaro Martínez, de Bodegas Martínez Lacuesta, “la vendimia se ha desarrollado con cierta normalidad, dentro de la compleja situación en la que nos movemos por la pandemia, y se ha caracterizado por el excepcional estado sanitario de las uvas”. Considera que se podrán situar en los mercados “vinos de mucha calidad que, no obstante, se verán también ensombrecidos por otros vinos más mediocres”, y eso provocará probablemetne que “la clasificación media puede que no haga justicia a nadie”.
Uvas en viñedos de Bodegas Martínez Lacuesta | Foto: Twitter Bodegas Martínez Lacuesta Trabajos en bodega durante la vendimia | Foto: Twitter Bodegas Martínez Lacuesta
En Bodegas Muga, su responsable técnico, Jorge Muga, explica que ha sido un año “atípico e irregular en lo que se refiere a la meteorología. Lluvioso y con falta de luz en general”. Para Muga, “un factor importante al que se presta a veces poca atención”. Durante el proces vegetativo del viñedo, “ha pasado de todo, salvo heladas primaverales”. “Hubo pedrisco, importante, aunque concentrado en zonas concretas, con fincas que sufrieron hasta cuatro tormentas de hielo, mildiu, oídio, botrytis, corrimiento de flor… pero a pesar de todo esto, una parte importante de la uva ha entrado en muy buenas condiciones y con potencial de calidad”, destaca.

En una de las bodegas vecinas, La Rioja Alta, SA, el enólogo Julio Sáenz respalda que ha sido “un buen año, a pesar de todo”. “El cierre de la cosecha demuestra que se han superado dos cuestiones importantes. Por una parte, todo lo relacionado con la pandemia, que ha generado mucha incertidumbre y mucha inquietud; y por otro, las perspectivas de calidad de la añada que a mediados de verano no eran nada buenas porque hacía demasiado calor y las viñas estaban sufriendo estrés. Al final se han dado dos factores que han ayudado a remontar lo que podríamos considerar como una muy buena cosecha”, señala Sáenz, que considera que “las viñas que se vendimiaron más tarde se han visto beneficiadas y los vinos que procedan de esos pagos tendrán gran capacidad de guarda”.

Por su parte, Julio López de Heredia se muestra “satisfecho de la calidad de la vendimia. Especialmente si echamos la vista atrás y recordamos los problemas que tuvimos desde el inicio de la primavera con las fuertes y frecuentes tormentas, hasta tres de ellas con granizo, que provocaron fuertes ataques de mildiu, con el consecuente reflejo sobre la producción”.
Labor del enólogo
El responsable de Bodegas López de Heredia-Viña Tondonia destaca que “los fuertes calores ayudaron en la pelea contra el hongo, pero por otro lado también provocaron qeu el ciclo del viñedo se adelantase aún más”. López de Heredia señala que la vendimia “ha estado por debajo de la media de producción de nuestros viñedos, ha sido muy sana gracias a que el mildiu hizo mucho daño hasta el cuajado, pero no afectó apenas a las uvas que finalmente han acabado en las tinas”. Sintetiza que ha sido “buena” la vendimia y “muy buena incluso en algunos viñedos”, aunque avisa de que ahora “requiere de un fino trabajo enológico para ofrecer la calidad y elegancia de los vinos tradicionales de Rioja”.

De ahí que Jorge Muga sostenga que la 2020 es una de esas añadas que reclama una clasificación de zonas de Rioja, definidas por la geomorfología y los suelos que, evidentemente, responden de diferente forma ante la meteorología cambiante.