Bodegas Ostatu, en Samaniego (Álava), acaba de inaugurar varios apartamentos exclusivos en la antigua casa solariega del Siglo XVII, que forma parte de las instalaciones de la bodega.
Ostatu, que significa ‘Venta’ en euskera, desde su construcción hace varios siglos ejerció de posada, lugar de paso de arrieros, carros y caballos, y un espacio para la compra-venta del vino. Posteriormente, ha sido la casa familiar.
Su pasado ha empapado de ese carácter hospitalario a la familia Sáenz de Samaniego, que ha querido completar con este nuevo proyecto, “en el que compartimos espacios con el lugar el que elaboramos y conservamos nuestros vinos y en el que se respira la esencia de la tradición familiar, con espacios como el txoko, el wine bar, el patio o la espectacular sala de la memoria donde se ponen en valor las añadas más antiguas y que fue nominada a los Premios Restaurant&Bar Design Awards 2018 de Londres”.
Evocar el entorno
Los apartamentos disfrutan de vistas al paisaje del viñedo de Rioja Alavesa, declarado Bien de Interés cultural del País Vasco, bajo la mirada y protección de la Sierra de Cantabria-Toloño, al norte. La intención de Ostatu es que el visitante conecte con el territorio, se sienta parte del mismo, se inspire y relaje en un entorno de natural que transmite paz y serenidad, con el viñedo y el vino como hilo conductor.
La familia Sáenz de Samaniego ha creado un ambiente confortable que transmite calma y serenidad con un grado de elegante sofisticación y que, al mismo tiempo, evoca, la personalidad de la propia bodega. Cada rincón ha sido diseñado con esmero para lograr una armonía entre la funcionalidad, la belleza y el confort. Los criterios de diseño no son sólo espaciales, se trasladan igualmente al alcance de los objetivos de bienestar y a la búsqueda de la sostenibilidad, por lo que los apartamentos poseen un alto grado de eficiencia energética en equilibrio con el valor patrimonial de la venta del siglo XVII.
Un guiño a la cultura vasca
Uno de los apartamentos se ha bautizado ‘Eguzkilore’ (flor de sol en euskera) y simboliza la protección del hogar en la mitología vasca, una flor que reina en la entrada de muchas casas del País Vasco. Está orientado al paisaje de viñedos de Rioja Alavesa, sin perder de vista la Sierra, “este apartamento regala una luz única”.
‘Haritza’, el apartamento con orientación Norte, a la Sierra de Cantabria, es un homenaje al roble (‘haritza’ en euskera), fundamental de la elaboración de los vinos de Ostatu y elemento sagrado en la cultura vasca.
El empleo de una paleta de colores y materiales naturales y el trabajo con la luz se plasma en los espacios fluidos, en las superficies con formas orgánicas que suavizan las sombras y en la artesanía local incorporada al diseño, en colaboración con diferentes artesanos vascos.
Materiales como el barro cocido, las fibras naturales y el roble, cuidadosamente seleccionados, fijan el proyecto al lugar y reflejan la esencia del entorno, capturándolo en su interior.
La filosofía de trabajo de Ostatu, en torno a la sostenibilidad, ha impregnado este proyecto, en el que las energías seleccionadas para satisfacer las demandas de frío y calor se optimizan mediante sistemas de gestión electrónica que seleccionan la fuente a emplear de manera sostenible en cada momento, bien sea la biomasa en invierno o la bomba de calor de alta eficiencia en verano.
Un lugar junto al barrio de Matarredo de Samaniego, en el que, desde hace generaciones, la familia Sáenz de Samaniego elabora vino.
