Muchos no entenderían unas fiestas de junio en Haro sin Jarreros Mayores ni Infantiles. Por ello, el Ayuntamiento de Haro ha decidido ampliar el plazo y fijar el próximo 4 de mayo como fecha límite para la presentación de candidaturas. En HARO DIGITAL hemos hablado con algunas personas que han disfrutado de este honor que recuerdan con cariño, pero también entienden que “las críticas hacen daño”.
Susana García Labiano, exconcejal del Ayuntamiento de Haro, llegó a ser en su día dama infantil y dama de honor de la Jarrera Mayor. Por aquel entonces, las candidaturas tenían que ser presentadas por asociaciones y peñas de la localidad y ella lo hizo gracias a la Peña Los Viejos. El año que fue dama de honor también lo fue de las Peñas y recuerda todo aquello con mucho cariño: “Fue una experiencia que merece mucho la pena. Fue muy divertido”.
No obstante, entiende que exista cierta reticencia a presentarse al cargo. “Si te presentas te expones a las críticas. Y es que parece que estamos esperando a que alguien quiera ser Jarrero o Jarrera Mayor para criticar todo lo que hace. Pero lo fundamental es que tiene que olvidar todo eso, que no le importe porque al final es un orgullo y una experiencia muy bonita”, sostiene Susana, que ve también otros puntos en contra. “Aunque ahora se sufragan más gastos que antes, al final te gastas dinero y luego está el compromiso que tienes que adquirir y hay gente que quizás no tiene tanto tiempo”.
Naiara Hernáez fue Jarrera Mayor en 2009 y asegura que “repetiría todos los años si pudiera”. “Vives las fiestas de una manera diferente y conoces otras cosas de los festejos que quizás de otra forma no lo harías nunca”, afirma.
Al igual que Susana, Naiara también cree que las críticas hacen mucho daño y quizás provocan que la gente pierda la ilusión por presentarse a estos cargos. “Es normal que la gente se canse de tanta crítica y por una parte nos estaría bien empleado que un año nos quedásemos sin este tipo de representación para que no criticásemos todo lo que se hace en el pueblo”, asegura Naiara, que no entendería unas fiestas sin Jarreros. “Si estás orgullosa de tu pueblo, de la ciudad en la que vives, olvídate del qué dirán porque vale mucho más la experiencia que vas a vivir.”
Además, la actual priora de la Cofradía de San Felices va un poco más allá y dice que “haríamos todos bien pasando al menos una vez en la vida por un puesto de responsabilidad para saber qué se siente en el pellejo de esas personas”.
José María Jiménez fue Jarrero Mayor en 2010 junto a Miriam Ibáñez. En aquel año además de él también se presentó a la candidatura otro joven, Javier Ojeda. “No lo pensé demasiado aún sabiendo que no iba a ser el único, pero yo quería salir”. Y salió, y recuerda aquella vivencia como algo “muy bonito”. “Pensé que iba a ser todo más aburrido, pero al contrario, me lo pasé genial. Al final salí de fiesta de noche y de día, y es una experiencia que se la recomiendo a todos”.
No obstante, entiende que “por vergüenza” haya gente que aún teniendo ilusión por presentarse, finalmente, no lo haga. “Que te critiquen hace mucho daño a pesar de todo”, recalca. “A mí por ser gitano me pusieron a caer de un burro, pero al final la experiencia vivida supera al qué dirán”, afirma.
Por todo ello, el Jarrero Mayor 2010 cree que quizás este cargo “hay que venderlo de otra manera” y ofrecer alguna otra ventaja. “Cuando me presenté yo no sabía que nos iban a dar dinero para sufragar gastos, y eso nos vino genial, pero quizás para las chicas el tema de la peluquería y del maquillaje se va muchas veces de presupuesto, y estaría bien que el Ayuntamiento pudiera tener una colaboración con algún centro de estética o algo parecido como ayuda”, apunta.
La última Jarrera Mayor es Ana María Domínguez Gago. Con ella se rompieron algunos estereotipos: “Era más mayor que la mayoría de las chicas que se presentan y encima no era de Haro”. No obstante, Ana María, que lleva viviendo ya más de siete años en la ciudad, recuerda que el comentario típico “es que no eres de Haro” al final no fue para tanto. “Pensaba que iba a ser peor, pero después de todo te quedas siempre con lo bueno”. Por ello, anima a todo el mundo a presentarse pese a “la vergüenza y las críticas”. “Los comentarios te tienen que dar igual. Siempre va a haber gente a la que no le guste lo que hagas”, afirma.
Además, Ana María saca más cosas positivas de la experiencia. “Conoces a mucha gente y todo el mundo te trata genial. Haces nuevas amistades y desde entonces me llevo muy bien con las reinas de Arnedo y Calahorra y con los Vendimiadores de Logroño. Hasta creamos un grupo de Whatsapp para estar en contacto”, indica y asegura que repetiría otra vez sin dudarlo. “Creo que mucha gente que ha pasado por ello repetiría la experiencia. Estoy segura. Yo ahora sabiendo lo que hay sabría mejor las cosas que hay que hacer porque al fin y al cabo estaba muy perdida”.