Cruz Roja ha inaugurado su nueva sede en Haro. Más grande, más lucida, más operativa y, por encima de todo, más próxima. La asamblea local de Cruz Roja hace oficial lo que ya hizo, en realidad, semanas atrás: la puesta en marcha de la nueva sede de la entidad en la capital riojalteña, tras la adecuación del local de la calle del Mazo donde ya trabaja su personal.
Fernando Reinares, presidente autonómico de la ONG, se encargó de encauzar el desarrollo del sencillo acto de inauguración al que acudieron las autoridades del Ayuntamiento y representantes de algunos de los colectivos de la ciudad con los que colabora estrechamente.
Sede estable y adecuada
Julio Puelles, por su parte, máximo responsable de la dirección local, realizó el repaso a los numerosos intentos llevados a cabo durante décadas para dotar a la entidad de una sede estable y adecuada para el desarrollo de los nuevos programas sociales que gestiona ahora, fundamentalmente el de inclusión de menores en situación de riesgo.
Puelles destacó que ·”21 años después se ha podido materializar”. Anteriormente han estado en instalaciones municipales como Siervas de Jesús o el Silo, entre otros. Hace pocos años, y también con la colaboración de la familia Guerra, el área de Juventud lo trasladaron a la calle de la Vega.
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El resultado final de sus gestiones, una instalación de 289 metros cuadrados de superficies que, tras la reforma realizada sobre el proyecto redactado por Luis Ortiz de Zárate, reducido a 240 operativos. Suficientes para dotarla de despachos para los los diferentes departamentos de trabajador social, voluntariado, juventud, presidencia y administración, además de una inmensa aula modular que puede dividirse en dos espacios totalmente independientes.
Todo ello después de cinco meses de obra en los que se han invertido, de acuerdo con el presupuesto de ejecución aprobado por la institución, alrededor de 199.000 euros.
Emotivo recuerdo a la figura de Jesús Guerra
Emotivo el encuentro en el que recordó cada uno de los espacios ocupados por la asamblea a lo largo de los últimos años, algunos como el puesto de carretera que se habilitó junto a la carretera nacional N-124 más que precarios, y a cada uno de los presidentes que han trabajado en esta misma dirección desde la creación de la asamblea jarrera en 1968.
Mucho más aún el momento en el que se ha recordado a la figura de Jesús Guerra, colaborador incansable que participó en segunda fila, pero siempre en primera persona, en todas las actuaciones llevadas a cabo para culminar con éxito todo ese esfuerzo.
Durante el acto de inaguración, la alcaldesa de Haro, Laura Rivado, quiso dar la enhorabuena a Cruz Roja por su nueva sede y agradeció su trabajo. Rivado manifestó la intención de “seguir colaborando con la entidad en todas aquellas iniciativas que sean beneficiosas para Haro”. El Ayuntamiento de Haro suscribe todos los años un convenio con Cruz Roja para subvencionar sus programas.