Como la afición del Liverpool ayer en Kiev, la del Haro también ha terminado desconsolada sobre el césped del Manuel Meler en Borja. Está bastante acostumbrada a estos finales tristes. Buena prueba de ello son tardes y noches pasadas en Yecla, Pontevedra, Caudal, Langreo… Tantas como veces ha disputado el Haro fases de ascenso. El playoff es así. Pasas de la alegría al llanto en segundos y viceversa.
A pesar de ello, la afición del Haro es fiel. Lo demuestra a lo largo de la temporada doméstica. Es de las aficiones de tercera más viajeras y en Borja no podía ser menos. Tres autobuses llenos y otros tantos aficionados marcharon hasta tierras aragonesas para dejarse la voz y el alma con su equipo. Toda una grada era blanquinegra. De lado a lado. La bella estampa superaba a la vivida hace unos años en Noja, uno de los desplazamientos más recordados por la afición del Haro.
El ascenso volvió a esfumarse
Aquella tarde gracias a un gol de Arpón, los blanquinegros se plantaron en la finalísima por el ascenso a la Segunda B. Esta vez no ha podido ser. El milagro pudo llegar en el último suspiro, pero el colegiado anuló una jugada que terminó en gol, y el sueño del ascenso volvió a esfumarse una vez más.
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