No ha sido una oda al fútbol lo vivido este domingo en El Rollo, pero sí una demostración de lo que significa un playoff de ascenso: tensión, nervios, interrupciones constantes, voluntad… y un resultado que deja todo abierto para la vuelta.
El arranque fue espeso. Con más corazón que cabeza, La Calzada intentó morder desde el inicio, mientras el Varea, con mayor calidad técnica, buscaba imponer su juego sin lograrlo del todo. A los 22 minutos, el conjunto visitante rozó el primero con un cabezazo que se perdió muy cerca del poste derecho. Cuatro minutos más tarde, el portero local evitó el gol con un gran reflejo en un remate a bocajarro.
El Varea era superior. La Calzada no conseguía hilvanar una sola jugada y recurría con frecuencia al balón largo. No obstante, la insistencia visitante obtuvo el premio en el minuto 40 cuando Ubis batió al portero con una sutil picadita para poner el 0-1. Protestas locales por un posible fuera de juego, que no parecía tal. Justo resultado al descanso.
La segunda parte arrancó con otra ocasión clara del Varea, que seguía amenazando. La Calzada, sin mucho fútbol, se estiró tímidamente: un primer disparo desviado en el 52, un intento de Efrén detenido por el portero en el 55 y una buena intervención del meta visitante tras un remate cercano de Chuchi en el 68.
Los rojillos apretaban, con más garra que ideas. El Varea mantenía el orden e incluso lanzaba contras peligrosas. Pero el partido dio un giro insólito al borde del final: en el 90, el portero visitante, Dani Encinas, sufrió una grave lesión tras chocar con un atacante local. Húmero roto. La ambulancia llegaría poco después para llevarse al futbolista.
Con un jugador de campo bajo palos, el Varea pudo aguantar el resultado en una prolongación de seis minutos. Antes del final, La Calzada pudo encontrar el empate un remate raso que se marchó cerca del palo. 0-1 y todo por decidir en la vuelta.

