El Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada ha adjudicado las obras de restauración de la ‘Fuente de la Ciudad’ por 4.808,54 euros. Como destaca la concejala Rosa Ruiz, se trata de una intervención que “llevábamos tiempo persiguiéndola. Es más que conveniente la buena conservación de un bien que dice tanto de nuestra valiosa historia, y a su vez, damos más atractivo a la plaza Alameda, que es donde está ubicada. Un lugar que ya de por sí tiene mucho encanto. Nuestro objetivo, al fin y al cabo, es resaltar y ensalzar este vestigio del desarrollo que hemos tenido como localidad”.
La ‘Fuente de la Ciudad’ es un monumento en un estado de conservación “por mejorar”, como remarcan desde el Ayuntamiento. “Es responsabilidad de todos conservar y mantener nuestro matrimonio en las mejores condiciones posibles, especialmente si cabe, en Santo Domingo de la Calzada, una ciudad eminentemente turística y que por encima de otras ciudades debe su existencia a la historia”, explica Ruiz.
Por ello, la concejala consider que este monumento, “símbolo de la primera canalización de agua potable de Santo Domingo debe ser restaurada y conservada como merece un elemento con tanta historia, como así se conoce”.
La conocida como ‘Fuente de la Ciudad’, construida en 1799, se encuentra actualmente en el extremo sur de la plaza de la Alameda. Se trata de uno de los elementos más singulares, característicos y relevantes del mobiliario urbano calceatense, pues se trata de la primera fuente pública que se levantó en la ciudad, y la única histórica que se conserva.
Fue trasladada al lugar actual en 1995 desde su anterior ubicación al sur de la ciudad, en el inicio de la carretera de Gallinero. Se trató de su segundo traslado, pues en origen se construyó en el barrio de La Puebla.
Detalles de las obras de restauración
Los trabajos de restauración consistirán en el suministro, colocación, alquiler y retirada de vallado perimetral, así como del andamio y de los medios auxiliares necesarios; la preconsolidación de superficies pétreas con silicato de etilo aplicado un mes antes de la limpieza de las mismas para mejorar su consistencia y evitar posibles pérdidas de definición; la aplicación de biocida al menos 72 horas antes de la limpieza para pasivación de líquenes y hongos y así puedan desprenderse más fácilmente, castigando menos el soporte a la hora de la limpieza; la eliminación por medios manuales de morteros de cemento en reconstrucciones y juntas que provocan una erosión acelerada de las zonas adyacentes; la retirada y gestión de residuos; la limpieza de superficies pétreas por proyección de grano de vidrio de 45/100 micras, a presión controlada, con la intensidad que permita el soporte en función del estado de cada piedra y repaso manual con escalpelo de los restos puntuales que persista y el nuevo rejuntado con mortero de cal coloreado, rellenando así mismo las pérdidas de volumen con el mismo criterio que habían sido tratadas con el mortero eliminado.