Una vez más, el pueblo riojano de Herramélluri apuesta por incentivar la participación de sus habitantes. Durante todo el año se ha desarrollado una acción colectiva y con esfuerzo medioambiental. Se han recopilado más de 10.000 latas de bebida para realizar un gran árbol de Navidad.
La idea surgió en la reunión vecinal de la asociación en diciembre de 2021. Desde entonces, todo el pueblo ha traído latas usadas y se han guardado en el garaje de una vecina que además las ha clasificado y agrupado. También otros artículos reciclados como tapones, latas de comida de atún o café, hasta leche en polvo de bebé que ya en años anteriores se habían utilizado como guirnalda. Cartones, lanas, ovillos, brochas, lazos.. cualquier objeto inanimado que a través de la imaginación ha vuelto a cobrar protagonismo.
Economía circular y respeto por el medioambiente
Desde el día 2 de diciembre y en colaboración con las personas que han podido colaborar, se ha ido colocando la decoración, de forma ingeniosa a lo largo de todo el pueblo y de Velasco. No se ha creado un árbol sino muchos. Son 13 en concreto, además de guirnaldas, lanas, ganchillos, pompones… Estos últimos hechos a mano con mucho mimo por varias vecinas.
Todo armoniosamente orquestado por colores o formas, desde el Ayuntamiento hasta la fuente de la plaza o dando un paseo por las calles de Herramélluri y Velasco, en distintos rincones solitarios hasta la llegada de esta original decoración. “Alguien ha dicho que estos árboles de lata son como el Guggenheim de Bilbao ya que cambian de color con la luz de cada momento y día. Pero más económico, eso sí”, destaca Ewa Murillo, vecina del municipio riojalteño.
Junto a los distintos árboles de cerveza, refrescos y otras latas artesanales (originales ilustraciones de todo tipo) se han añadido luces de led para que el recorrido tenga una visita de día y también una de noche, eso sí con el menor gasto de consumo energético.
Ya se ha visto gente pasear por todo el pueblo, que se ha convertido en un destino ideal para familias y personas que quiera ver como el esfuerzo, la creatividad y la ilusión pueden transformar un pueblo entero.
Algo que ha gustado mucho ha sido la decoración de 4 ventanas ‘in memoriam’, en recuerdo a las personas fallecidas este año. Sus familias han agradecido este extraordinario gesto vecinal.
“El objetivo es vestir nuestro querido pueblo, darle vida y reivindicar el cuidado del medioambiente a través del reciclaje y la economía circular así como el apoyo a la actividad rural”, explica Murillo. En definitiva, pueblos vivos, como es el caso de Herramélluri, que tienen mucho que ofrecer.
