La concentración de peñas que comenzó en Haro a calentar el ambiente a última hora de la tarde de este miércoles, con la mirada puesta en la madrugada festera, finalizó con la proclamación de los ‘mejores peñistas del año’, galardón que en esta ocasión fue concedida por las asociaciones lúdicas de la localidad jarrera a la Peña Los Peques. Un reconocimiento más que cariñoso.
No es de extrañar. Los compañeros que ratificaron esta decisión valoraron, por encima de cualquier otra circunstancia, «la implicación» de sus miembros en la agenda festiva del municipio, después de que volvieran a rearmarse en abril de 2014, cincuenta años después de su constitución, “siempre con una actitud más que positiva”.
Implicación y mirada positiva
Y lo que parecía un reencuentro más, similar a los de las quintadas que celebran sus bodas de oro, acabó convirtiéndose, no obstante, en su refundación, porque el grupo que conforman ahora medio centenar de personas, parejas incluidas, ha acabado convirtiéndose en un fijo en todos los actos festivos de la ciudad. Sobre todo en aquellos que se programan durante las fiestas patronales de junio y en la Batalla del Vino, en la que volverán a estar presentes muchos de sus componentes, primero en los Riscos de Bilibio y después por el casco histórico del municipio.

Creada en 1964, la entidad que ahora viste polo azul y pantalón blanco inmaculado, cuenta con peñistas con edades que van desde los 69 hasta los 75 años de edad. Ahí es nada y con mucha fiesta en su sangre.
Y recuerda, por encima de todo, algunos de los apuntes más curiosos de su presentación en sociedad. El más relevante, seguramente, su participación en el Concurso de Condimentación de Caracoles de 1968, en su segunda edición.
Fueron rodando de chamizo en chamizo de alquiler, organizando en cada uno de ellos algún que otro guateque cuando no había tanta discoteca ni pub, y acabaron asentando su sede estable en la Travesía de las Eras, en paralelo a la Calle Santa Lucía.
Y las últimas actividades desarrolladas por su dirección ha demostrado que entre sus componentes prima el apego por la música ‘pop’ que se atreven a bailar sin el más mínimo complejo porque no piensan en las consecuencias. Sólo en la más pura diversión. Y su osadía y su mirada positiva, a pesar de todo, han sido en este caso otro de sus mejores avales a la hora de recibir este merecido homenaje.
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