Corría el día 12 de agosto de 1871 cuando, en la sesión celebrada en la sala de Plenos, se daría lectura de una carta de Serafín Álvarez y Cristóbal Campo, catedráticos de Instituto, proponiendo en su nombre y en el de otros dos compañeros el establecimiento de un Instituto libre de segunda enseñanza. Iniciativa que sería bien acogida por el Ayuntamiento por las ventajas que indudablemente reportarían a la Villa, pero encontrando inadmisible alguna de sus condiciones, se delegaría en el Alcalde Francisco Bañares para que se entrevistase con los solicitantes y requerirles ciertas explicaciones para tomar la medida más conveniente.
Encuentro que no resultaría satisfactorio, por lo que pasarían unas cuantas fechas, hasta el 11 de julio de 1872, cuando el Ayuntamiento, reunido en sesión extraordinaria bajo la presidencia del alcalde Francisco Bañares y con la presencia de la Junta de asociados, trataría, como asunto único, la creación de un Instituto de segunda enseñanza conforme a la legislación vigente, aludiendo las grandes ventajas que reportaría a los vecinos y padres de familia, así como a la importancia de la Villa. Motivo por el que la Corporación había realizado ciertas gestiones, habiéndose recibido diversas proposiciones.
Tras detallarse los ofrecimientos para llevar la dirección del Centro, en caso de que llegara a realizarse, serían elegidos el Bachiller en Filosofía y Letras Cándido Arranz Elvira y el Licenciado en Ciencias Físico-Químicas Policarpo Calleja Calvo.
Las bases sobre las que se creó el instituto
Y convencidos todos cuantos componían la reunión de lo altamente beneficioso que sería bajo todos conceptos el llevar a cabo esta idea y después de examinar y discutir las bases bajo que se había de montar el establecimiento y de oír a los Señores Profesores tanto sobre la parte legal como económica y tomándose en consideración cuantas observaciones se hicieron por los diferentes sujetos que tomaron parte en el asunto, de unánime conformidad acordaron que se procediera a la creación e instalación del expresado Instituto de segunda enseñanza bajo las bases siguientes:
1ª.- Que la instrucción habrá de darse por completo en todo cuanto abraza la segunda enseñanza según las disposiciones vigentes, y las que en lo sucesivo se dicten sobre la materia y por profesores competentes.
2ª.- Para la Dirección del Establecimiento y su Secretaría nombrará el Municipio a los Profesores que juzgue más á propósito, y mediante á que reconoce desde ahora las cualidades y circunstancias necesarias en precitados Señores D. Cándido Arranz Elvira y D. Policarpo Calleja Calvo como profesores de Geografía, Historia Universal y de España, Psicología, Lógica y Ética el primero, y de Física y Química, Historia natural y Fisiología e Higiene el segundo, el propio Municipio usando de las facultades que la ley le concede, acordó designar a aquel para la Dirección y a éste ó sea al Señor Calleja para la Secretaría.
3ª.- El mismo Ayuntamiento llegado el caso de establecerse en debida forma el Instituto, y vistas las solicitudes de los que pretendan el desempeño de sus Cátedras, designará igualmente ó nombrará á los Profesores que juzgue más apropósito al objeto, ciñéndose estrictamente no solo á las disposiciones vigentes en la materia, sino también al mérito de los aspirantes.
4ª.- Se ha acordado así bien, que el tipo de la matrícula sea de ochenta pesetas por cada alumno y grupo de cuatro asignaturas como máximum, cinco pesetas por derechos de examen, diez pesetas por derechos de ejercicios para el grado de bachiller y cien pesetas por la expedición de este título, todo abonado en las épocas marcadas en los Establecimientos oficiales. Esto no obstante, si alguno de los alumnos se matriculara en una sola asignatura, pagará únicamente la cuarta parte de las expresadas ochenta pesetas.
5ª.- Deseando el Ayuntamiento contribuir por una parte á la realización del beneficioso pensamiento de que se trata, y favorecer por otra á las clases pobres de esta localidad, costeará veinticinco matrículas para otros tantos alumnos pobres, que elegirá entre los que lo soliciten.
6ª.- Para cubrir las del Instituto se destinarán primero los productos de las matrículas, y segundo con mil trescientas treinta y siete pesetas cincuenta céntimos aplicadas hasta hoy al pago de la latinidad que ha de quedar suprimida. Si con esta suma no fuera suficiente para el objeto de que se trata, el Ayuntamiento con la Junta de asociados arbitrará recursos que basten á enjugar el déficit formado al debido presupuesto adicional.
El 5 de septiembre se daría lectura de la terna de profesores propuesta por el director del Instituto libre de segunda enseñanza de la Villa, para que el Ayuntamiento eligiese el que faltaba para completar el cuadro, siendo nombrado, por unanimidad, Luis González Frades, profesor de Aritmética, Álgebra, Geometría y Trigonometría.
Escasamente habían transcurrido tres meses cuando, el 5 de diciembre, el maestro de párvulos Lucas Neira se quejaría al Consistorio de la expulsión del Instituto de su hijo Juan Ricardo, pero consultado su director, Cándido Arranz Elvira, informaría sobre su asidua ausencia a clase, sin justificación, por lo que fundamentándose en el artículo 4º del Reglamento del Instituto, que disponía sobre tal comportamiento, se aprobaría la determinación del señor Arranz.
El 9 de enero de 1873 se elegiría, entre las instancias presentadas, a los señores que deberían cubrir las vacantes que se habían producido en el Instituto libre de 2ª enseñanza, siendo concedidas, por unanimidad al ya integrante del mismo Cándido Arranz Elvira, la de Filosofía y Letras; por mayoría a Ricardo Suso Vega, la de Ciencias exactas; y a Policarpo Calleja Castro, la de Ciencias naturales.
El 6 de febrero el Ayuntamiento acordaría que, de los 12.194 reales cobrados por el apoderado de la villa en Madrid Carlos Gómez Samper, correspondientes a los atrasos de intereses a satisfacer al Municipio, se entregara a Leandro Ardanza el importe de los útiles u objetos de Física, Química e Historia natural que había adquirido para el Instituto, y el resto al Arquitecto de la provincia como honorarios de las obras de las escuelas instaladas en el antiguo hospital.
El mismo día el director del Instituto Cándido Arranz, solicitaría al Ayuntamiento que resolviese la forma de pago a los profesores, ya que éstos querían que fuese mensualmente, manera que no le parecía justa, ya que perjudicaba notablemente sus intereses puesto que él cobraba la subvención por semestres vencidos.
Encontrando atendible la solicitud la Corporación acordaría que se le anticipasen los 2.400 reales del semestre que debería percibir a finales de junio, para que satisficiera las cantidades que adeudaba a los profesores y, que, en adelante lo hiciera mensualmente para cuya seguridad intervendría el Ayuntamiento en el cobro de los derechos de matrícula.
Sin embargo algo grave sucedería, no se cita el motivo, pero el 28 de agosto se acordaría la rescisión del contrato que se tenía firmado con Cándido Arranz Elvira, siendo reflejado en el Acta de la sesión celebrada el día 18 de septiembre, y, asimismo, con objeto de reorganizar el Instituto, declarar cesantes a todos los profesores del mismo desde el día 1 de octubre, anunciándose las vacantes en la Gaceta de Madrid y en el B.O. de la provincia número 30 publicado el lunes 8 de septiembre, diciendo:
El 21 de septiembre serían elegidos, por unanimidad, Eusebio Alonso Villarán y Valentín Negueruela Hernáez, como Catedráticos de Filosofía y Letras; y por mayoría absoluta Ricardo Suso Vega y Miguel Monturus Gallarza, Catedráticos de Ciencias.
Siendo designados, en la sesión celebrada el 9 de octubre, para las plazas, en propiedad, de Director Miguel Monturus y como Secretario Ricardo Suso. Nombramientos que serían comunicados al Rector de la Universidad Literaria de Zaragoza.
El 3 de septiembre de 1974, tras informarse de un Decreto de 29 de julio mediante el que se determinaba que los Institutos libres se convirtiesen en Oficiales obligando a los Ayuntamientos a sostenerlos con el mismo personal y en caso contrario que se clausurasen, la Corporación acordaría elevar una exposición, al Ministro de Fomento, solicitando autorización para seguir en la misma condición el próximo curso sin amoldarse a lo prescrito por el Decreto, nombrándose una comisión, integrada por el edil Donato Mozos y el director del Instituto Miguel Monturus, para gestionar con el Gobierno una favorable solución del asunto.
No prosperando la demanda el señor Monturus solicitaría, con fecha 8 de octubre, alguna ayuda para establecer un Colegio de 2ª enseñanza en el que se estudiasen las mismas asignaturas que en los Institutos Oficiales, con sujeción a un Decreto de fecha 30 de septiembre. Petición que sería bien acogida por la Corporación, que acordaría concederle una subvención de 2.000 pesetas, pero por tan solo un año, facilitándole, por el mismo tiempo, el local y los instrumentos de física propiedad del Ayuntamiento.
El Colegio sería ubicado en la Casa-palacio de la Plaza de la Cruz, propiedad de Luis de Ángel.