Líderes en La Rioja Alta

107.331 visitas en Febrero. Certificado por OJD.

Estás leyendo: Historias de Haro: Iturrimurri

Historias de Haro: Iturrimurri

Su particularidad especial, aunque no se conoce ningún análisis que lo demuestre, eran sus propiedades medicinales, atribuyéndose una ligera virtud laxante y diurética a sus aguas
Su particularidad especial, aunque no se conoce ningún análisis que lo demuestre, eran sus propiedades medicinales, atribuyéndose una ligera virtud laxante y diurética a sus aguas

Otra antiquísima fuente de gran apego para los jarreros es Iturrimurri. Situada en las afueras, aproximadamente a un kilómetro de la Plaza de la Paz a la derecha de la vía férrea que conduce a Logroño, sus instalaciones también han sufrido diversas remodelaciones en el transcurso de su existencia.

Su particularidad especial, aunque no se conoce ningún análisis que lo demuestre, eran sus propiedades medicinales, atribuyéndose una ligera virtud laxante y diurética a sus aguas. Cualidades muy apreciadas por muchos jarreros e incluso forasteros como el general Espartero, a quien todos los días se le remitía por ferrocarril una caja con varias botellas, afirmando alguna publicación, sin ningún fundamento lógico, que hasta estando desterrado en Londres bebía agua de Iturrimurri.

El significado de su nombre siempre ha sido polémica entre los jarreros. Fuente calva, baja o rasa son los apelativos aplicados por Hergueta, pero, posiblemente, el que mejor puede definir el aplicado por sus padrinos sea “Fuente pequeña” de Iturri = Fuente y Murri-ztua = reducida.

Publicidad
Banner precampaña PSOE 2023

Enigmas de la fuente

Otro de los enigmas es el año de su creación, siendo ya nombrada en el “Inventario de las heredades de la Iglesia y Cabildo” de la villa en el año 1400, diciendo: “Et mas otro linar en murryturry, que es de dos fanegas y media a surco de una viña et parral que tiene Lope Sanches de lo de la yglesia e atiene en la glera e a la cuesta y et mas una fuente en murriturri que es de dos canadores que son la de cabo el linar”.

Volviendo a ser citada en la sentencia dictada el 31 de octubre de 1470 por el juez Juan García, en el litigio que mantenían el Cabildo y los herederos de Pedro Martínez de Burgos sobre dos huertas, una en “Turrimurry” y otra en “Hiraça”.

Publicidad

En 1759 se refleja que hubieron de realizarse obras en sus deterioradas instalaciones, recayendo el trabajo en el cantero harense Jacinto de Olara.

Y en 1782 se invertirían 300 maravedíes en su compostura, según consta en las cuentas rendidas por el Mayordomo Sebastián de Izaguirre. Arreglos que perdurarían hasta 1847, año en el que el maestro de obras Antonio Clemente Aguirre presentaría un proyecto para su restauración.

Obras de la línea férrea Tudela-Bilbao

Iniciadas las obras de la línea férrea Tudela-Bilbao, en el año 1860, estuvo a punto de desaparecer al elegirse, en un principio, como el punto donde se levantaría la estación de Haro, pero desechado por su lejanía todo daría a entender que su existencia no correría peligro. Sin embargo, un año más tarde, hubo de derruirse al atravesar la vía justamente por el lugar donde se ubicaba sin que ningún harense, munícipes incluidos, clamase por su conservación, ya que una leve corrección del trazado de la ruta ferroviaria hubiera salvaguardado tan carismática instalación y paraje.

Consumada su demolición en 1861 el ingeniero inglés Ernest Lloyd, encargado del tramo de ferrocarril de la zona del Pardo e Iturrimurri, realizaría un sencillo pero bello diseño desplazándola unos metros de su lugar originario.

Historias de Haro: Iturrimurri 1
Iturrimurri a finales del siglo XIX | Foto cedida por Benigno Ganzarain

En su nueva ubicación haría levantar un muro de contención en el terraplén que quedaba al lado de la vía formando en su parte superior una pequeña plazoleta rectangular, recubriendo la captación con un frontispicio de piedra, paralelo al camino de hierro, en el que rotularía su nombre con grandes letras y fijaría tres caños.

Asimismo, justo enfrente, y encima de la vía, colocaría unas bancadas de piedra desde las que el paso del ferrocarril resultaba un espectáculo verdaderamente fascinante, lo que unido a la presunción de las virtudes de sus aguas, haría que durante muchas décadas fuese uno de los lugares más placenteros y visitados de la población.

El 17 de enero de 1884 evidenciaría una considerable disminución de caudal, hasta el punto de que solamente uno de sus caños vertería una pequeña cantidad de agua, hecho que incitaría al edil Valentín Negueruela a llamar la atención del Consistorio. Regaño que conllevaría a que el maestro de obras Juan García Ros fuese requerido para que practicase un reconocimiento con el fin de averiguar la causa que lo provocaba, achacando el problema a que el agua se escapaba por unas filtraciones en la parte izquierda del arca, anomalías que serían inmediatamente subsanadas.

Publicidad
Banner Puertas Abiertas UR 2023

Colabora con Haro Digital

Ayúdanos a hacer que este proyecto, el proyecto de todos, siga adelante. Con tu aportación es posible.

También te puede interesar...

Publicaciones relacionadas

Comentarios

Comentarios