El Museo de El Torreón de Haro acogió este jueves la inauguración de la exposición ’40 artistas y más’, que promueve el Gobierno de La Rioja a través del Instituto de Estudios Riojanos (IER), para celebar los 40 años del Estatuto de Autonomía.
Una muestra que muestra el impulso que a lo largo de esas cuatro últimoas décadas ha ido advirtiéndose en el ámbito del arte, dando paso a una de las más prolíficas y más convincentes de sus generaciones plásticas.
“La muestra recoge el trabajo de muchos artistas riojanos y todo el talento que hay en esta tierra”, apuntaba la directora general de Cultura, Ana Zabalegui, dando valor a los fondos que forman parte de la exposición estable de la sala del Museo de La Rioja.
40 aniversario del Estatuto de Autonomía de La Rioja
A fin de cuentas, el Estatuto de Autonomía de La Rioja se hizo a base de consensos y palabras, pero alumbró además sentimientos, sensaciones y proyectos que se fueron construyendo con infinidad de materiales. Unos con madera de haya coloreada, otros con hierro, los más con pinturas acrílicas, pasteles, acuarelas y óleos estampadas sobre todo tipo de soportes, y hasta con poliéster, bronce o terra sigilata para advertir a todo el universo conocido que La Rioja y quienes daban forma a su presente para proyectarse hacia el futuro estaban ahí.
Promovida por el Área de Patrimonio Regional del IER (Instituto de Estudios Riojanos) y respaldada por el Gobierno regional, la colección vuelve a empastar la personalísima visión que tienen de la realidad (también de la ficticia) cuarenta creadores que se han significado a lo largo de esta etapa, y resalta, al mismo tiempo y puede que inconscientemente, la existencia de un relato artístico que comienza con la poderosa concepción que tienen de la tierra y de sus gentes Vicente Gallego (Mujet tumbada), Dalmati y Narvaiza (El abrazo), Rafa Pérez (Sin título), Toño Naharro (Estás atrapado), José Antonio Olarte (Estratos), Luis Burgos (Niño arlequín) o Carlos Ochagavía (Acordeonista), a través de lienzos y esculturas que retratan a sus personajes, retratan la incuestionable fortaleza de las relaciones o escabarban en el subsuelo de su territorio para moldear una naturaleza que sigue pareciendo indómita e imponente en el de José Carlos Balanza (0,000004175805266920 S luz).
Obras de artistas jarreros
Porque la evolución es innegable y comienza a abrirse espacio, años más tarde, en medio de la urbe o en sus alrededores, de la mano de Diego Sáinz (Isaías Tank), Javier Remírez de Ganuza (Constelación X), Juan José Ortega (Hierbas), Javier Uzqueda (Haro), Jesús Infante (Palacio de Espartero) y Elena Ariznavarreta (Ábalos), o también se desestructura a través de la percepción abstracta, impresionista o matemática de Carlos López Garrido (Estación en grises), José Antonio Aguado (Constelación), Rosa Sáenz de Pipaón (Ramos de naranjas), Enrique Blanco Lac (Paisaje), José Manuel Rodríguez Arnáez ‘Mamel’ (Logaritmo) y Carlos Rosales (Dos pensamientos), en este caso introduciendo dentro de la obra el juego del concepto que ayuda a interpretarla.
Otros, como Rosa Castellot (Soto de Alfaro, verano), se refugian mientras tanto en el suavizado paisaje de la región, mostrándolo sutil y pleno. O siguen advirtiendo prismas, articulados a través de vértices y triángulos de toda raza y condición (cuadrilátero, isósceles y escaleno), que constituyen la base de todo lo que parece circular o redondeado, como José Uríszar (Daniel Blanquer, retrato).
En la muestra hay espacio para muchos más. Desde Óscar Cenzano hasta Ángel J. Sánchez, Demetrio Navaridas, Jesús López-Araquistain, Judith Sáenz de Tejada, Julián Gil, Mariano Espinosa, Miguel Ángel Ropero, Diego Sáinz García, José María Lema de Pablo, Mapi Gutiérrez Sáinz, Jesús Rocandio, Vicente Asensio, Pablo San Juan Sáenz, Teresa Rodríguez, Rafa Fernández, Miguel Ángel Sáinz, Luis Xubero, Juan José Ortega, Ricardo González, Félix J. Reyes, Vicente Ochoa y Vicente Gallego.
Ante Ana Zabalegi y Teresa Cascudo, responsable del departamento del Instituto que promueve esta convocatoria, la comisaria de la muestra, Judit Arteaga, remitió a la consideración que acostumbra a realizar un «reputado» galerista de la Comunidad. «La salud cultural de una ciudad, nosotros podríamos decir que de una región», matizó en su inaguración, «puede conocerse por el número de galerías y negocios que tenga relacionados con el arte».
«Si miramos los que hubo en estas cuatro últimas décadas», continuó sobre esa misma línea argumental, «nuestra salud fue escasa y, si a esto añadimos que muchos de los pocos que hubo tenían añadido un sesgo de engaño, el panorama se ennegrece bastante más».
Nada ha impedido, sin embargo, que aun sabiendo que «en este lapso de tiempo ha habido un número de artistas superior y sumando los nombres pasen de cien», el Instituto de Estudios Riojanos se haya decidido a reunir «cuarenta nombres significativos, más o menos conocidos, que dan una idea de cómo ha evolucionado el panorama artístico de nuestra región en diferentes disciplinas artísticas» que van de la pintura a la escultura, el vidrio o la fotografía.
«Podemos afirmar que no están todos los que son, pero sí que son todos los que están», defendió Arteaga al presentar en sociedad una colección retrospectiva que permanecerá en la sala hasta el próximo 19 de marzo de 2023.