Ésta es la historia de parte de los agraciados, pero hay más. Y es que El Gordo de El Niño, que se vendió de forma íntegra en la administración logroñesa de Muro del Carmen, ha dejado una lluvia de millones también en Haro, de la mano de Adela Barriocanal, ahora responsable del bar del cámping, pero que durante muchos años regentó también el conocido Bar El Cesto, ubicado en el pasado en la calle Lope de Vega, junto a lo que será próximamente el nuevo centro de día.
Desde hace tiempo, Adela compartió entre amigos y familiares el número 41.665, agraciado en este sorteo con 200.000 euros al décimo.
En total, por Haro, también por Anguciana y hasta Bilbao hay repartidos unos 13 o 14 décimos del primer premio, que al final suponen más de 2,5 millones de euros. Una auténtica lluvia de felicidad.
Lluvia de millones y alegría
“Ha tocado a gente de Haro, a la que le va a venir muy bien este pellizco. ¿Alegrón? No, es un superalegrón”, confirma Adela, que se encontraba de vacaciones en Benidorm, punto de escala hacia Punta Cana, donde iba a disfrutar de unas vacaciones más que merecidas junto a su pareja, Moisés Álava, antiguo capitán del Casalarreina CF.
Y más curioso. Porque mientras se cantaba el número del gordo, los dos disfrutaban de un viaje en submarino. “Van a cantar nuestro número cuando estemos subidos en el submarino”, le había dicho Moisés a su esposa. Dicho y hecho.
En estos momentos de alegría desbordada por los millones repartidos, Adela se ha acordado de su hermana Mari Carmen, fallecida en octubre de 2020 a la edad de 51 años. Ella está convencida: “Nos lo ha enviado ella, seguro”.
Pero la historia de los afortunados de este ‘suertudo’ Día de Reyes no acaba ahí. Hay otros que jugaban este número desde años, como le ha pasado a Gonzalo García Castillo y a su amigo Rafa. Gonzalo regenta, junto a su amigo Jesús, el Café Terraza Kiosco, uno de los establecimientos más representativos de la ciudad de Haro, ubicado junto a la basílica de la Vega. “La que hemos preparado”, no paraba de decir, entre risas. La noticia le ha pillado en su establecimiento en su día de fiesta. “He abierto dos botellas de cava y allí los he dejado. Lo primero que voy a hacer es coger unas buenas vacaciones y disfrutar”.
Reconoce Gonzalo que ha sido una época dura para la hostelería por culpa de la pandemia de la COVID pero “por suerte siempre, con mucho trabajo, siempre hemos sacado el negocio adelante. Esto sirve para no pensar y no sufrir”.