Haro recibió este viernes con los brazos abiertos a la Guardia Real. Parecía San Pedro de la gente que había. La calle de la Vega y la plaza de la Paz se llenaron de público que disfrutó de lo lindo con el pasacalles y los ejercicios que los militares llevaron a cabo durante su parada en la ciudad jarrera. “¡Cuerpooo!”, gritaron unas mujeres desde un balcón en la calle de la Vega, mientras componentes de la Guardia Real en motocicleta, a pie y a caballo desfilaban por la vía, donde cientos de personas se agolparon para vivir en directo un pasacalles que finalizó en el centro de la localidad, con aplausos y gritos de “¡Viva la Guardia Real!” y “¡Viva España!”.
Allí, efectivos de la Policía Militar y de otros cuerpos del Ejército habían preparado una exposición de armas y material de la Guardia Real, además de una pista de obstáculos que hizo las delicias del público infantil. Al finalizar la prueba, siempre acompañados por militares, los niños recibieron un diploma firmado por la Guardia Real que exhibían ante sus padres con una sonrisa en la cara.
Haro recibe con los brazos abiertos a la Guardia Real
Tras el pasacalles de la Sección de Movimientos Floreados de la Guardia Real, que estuvo acompañada por una fracción de la Unidad de Música de la Guardia Real, el público congregado en la plaza de la Paz asistió a una vistosa exhibición de movimientos acrobáticos. El numeroso público congregado en la céntrica plaza no paró después de hacerse fotos con los componentes de la Guardia Real en una tarde para el recuerdo de muchos.
La parada de la Guardia Real en Haro finalizó en el teatro Bretón de los Herreros con un concierto a cargo de su Unidad de Música en el que se colgó el cartel de ‘no hay billetes’. Durante el transcurso del concierto, Laura Rivado, alcaldesa de Haro, hizo entrega de un obsequio al coronel Juan Manuel Salom Herrera y se recordó la figura de Leopoldo Martín Elexpuru, jarrero que fue el primer director de la Unidad de Música de la Guardia Real.
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