El reconocido chef jarrero Miguel Caño (Haro, 1985), al frente de los restaurantes Nublo y Los Caños, en la histórica plaza San Martín, tuvo el honor este jueves de pronunciar el pregón de fiestas en el Teatro Bretón. Los tradicionalmente conocidos como ‘juegos florales’ sirvieron también para presentar al respetable a los reyes y reinas de las fiestas de otras localidades riojanas que fueron subiendo al escenario. Cerraron esta presentación las Jarreras y las Damas de las Fiestas de Haro antes de dar paso al protagonista de la noche. En un emotivo y directo discurso, Caño no sólo rindió homenaje a su ciudad natal, sino que también compartió con el público su profunda conexión con las raíces, la tradición y el espíritu que hacen de Haro un lugar único
Caño arrancó su pregón destacando lo especial que era para él estar allí: “Es un honor estar aquí, en un día tan especial donde celebramos nuestra identidad, nuestras tradiciones y ese espíritu que hace única nuestra ciudad”.
Durante su intervención, se presentó no sólo como un chef de profesión, sino como un “orgulloso jarrero”. Una persona enamorada de la tierra que lo vio nacer y que sigue siendo una fuente de inspiración tanto en su carácter como en su concina. “He de confesaros que actúo de pregonero y embajador de mi tierra cada día”, expresó Caño, destacando que llega consigo el espíritu de Haro y La Rioja a cada rincón del mundo donde viaja por su trabajo.
“El lujo de lo sencillo”
El pregón fue también un recorrido por sus recuerdos y vivencias en Haro, con frases directas y al grano. Desde niño, Miguel sintió “el latido de nuestras calles, el aroma de nuestras bodegas y el inconfundible sabor de nuestra gastronomía”. Estos elementos, según él, no solo moldearon su paladar, sino también su visión de la vida, valorando “el lujo de lo sencillo, el placer de vivir despacio” y el contacto con los vecinos y visitantes que caracterizan la vida en esta tierra riojana.
Caño compartió su experiencia de haberse marchado a los 18 años, creyendo que las oportunidades y el talento residían sólo en las grandes ciudades. Sin embargo, confesó: “Hace tan sólo tres años regresé a mi hogar, a mantener vivo el legado familiar y crear este proyecto vital por el que trabajé tantos años”. Así, el regreso a su Haro, cargado de experiencias y aprendizajes, ha sido una de las decisiones que más orgullo le generan. Para Caño no hay nada como “volver a casa, sentir la calidad de su gente y la autenticidad de nuestras costumbres”.
El chef también resaltó los valores que ha aprendido en su tierra como el del trabajo “bien hecho, la pasión por lo que uno hace y el del respeto por nuestras raíces”. Además, señaló que en Haro, donde “cada vendimia es una fiesta”, aprendió que los mejores ingredientes de la vida son el “amor, la dedicación y la generosidad”.
Caño no se olvidó de desear a todos unas fiestas llenas de “alegría, encuentros, risas y buenos momentos compartidos”. Invitó a los jarreros y visitantes a celebrar juntos “nuestra historia, nuestras tradiciones y, sobre todo, el orgullo de ser jarreros”, instando a llenar cada rincón de Haro con “música, color y vida”, y también recordó la importancia de “respetar” a quienes trabajan durante las fiestas y acoger con cariño a los turistas que vienen de todas las partes del mundo.
Tras el pregón, la presentadora del acto, Isabel Virumbrales, una de las voces de Radio Haro, invitó al escenario a la alcaldesa Guadalupe Fernández, que entregó a Caño el Jarro de la ciudad y un decantador como obsequios. Como colofón, el trío ‘Amalgama’ puso la nota musical a los juegos florales con cinco piezas, incluido el Himno a la Virgen de la Vega, que sirvió para poner fin a la noche.
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El pregón de Miguel Caño
“Señora delegada del Gobierno, señora alcaldesa, concejales y resto de autoridades, reinas de las fiestas,
queridos, vecinos, familiares y amigos, es un honor estar aquí, en un día tan especial donde celebramos nuestra identidad, nuestras tradiciones
y ese espíritu que hace única nuestra ciudad
Me presento ante vosotros:
no solo como Miguel caño, chef de profesión, sino como un orgulloso Jarrero.
Enamorado de esta tierra que me vio nacer y que sigue inspirando tanto mi carácter como cada plato que sale de mi cocina.
He de confesaros:
que actúo de pregonero y embajador de mi tierra cada día.
Haro es mucho mas que una ciudad
y La Rioja mucho más que un territorio.
Es un conjunto de emociones y recuerdos que me acompañan
a cada rincón del mundo donde llevo mi trabajo.
Desde niño he sentido el latido de nuestras calles, el aroma de nuestras bodegas
y el inconfundible sabor de nuestra gastronomía
Estos elementos no solo han moldeado mi paladar, si no también mi forma de ver la vida.
El lujo de lo sencillo, el placer de vivir despacio
el contacto y saludo con nuestros vecinos y visitantes diariamente. Son una suerte que todos tenemos en este paraíso rural.
Salí de mi tierra con 18 años con la falsa creencia
de que el talento y las oportunidades estaban en las grandes ciudades
Hace tan solo 3 años regrese a mi hogar, a mantener vivo el legado familiar
y crear este proyecto vital por el que trabaje tantos años.
No hay nada que me llene más de orgullo que volver a casa, sentir la calidez de su gente
la autenticidad de nuestras costumbres
y el inconfundible murmullo de de la vida en Haro.
Aquí aprendí el valor del trabajo bien hecho de la pasión por lo que uno hace,
y del respeto por nuestras raíces
En estas tierra bañadas por el Ebro, donde cada vendimia es una fiesta , aprendí que los mejores ingredientes de la vida son:
el amor, la dedicación y la generosidad.
Quiero desearos unas fiestas llenas de alegría,
de encuentros, risas y de buenos momentos compartidos.
Que celebremos juntos nuestra historia, nuestras tradiciones,
y sobre todo
el orgullo de ser Jarreros.
Que cada rincón de Haro se llene de música, de color y vida,
que estas fiestas sean, como siempre, una ocasión para estrechar lazos, disfrutar de nuestra maravillosa ciudad y demostrar, una vez más,
que en Haro sabemos vivir y celebrar.
Respetemos a los que en estas fiestas trabajan y trabajamos Y acojamos como mejor sabemos
a los turistas y forasteros
que nos visitan desde todo el mundo.
Celebrar y celebremos , por nuestra gente,
y por esta tierra que tanto nos ha dado.
Os deseo que estas fiestas sean inolvidables y que cada uno de nosotros las viva
con la intensidad que se merecen Salud y felices fiestas a todos
¡ Viva Haro !
y si me lo permitís ¡aúpa, Nublo!”