El gimnasio municipal de Haro, ubicado en el complejo deportivo de las piscinas climatizadas de El Mazo, está en el centro de la polémica debido a las restricciones de aforo y la gestión de las normas de acceso. Varios usuarios han expresado su descontento con la situación actual en el BUZÓN CIUDADANO de HARO DIGITAL, argumentando que las medidas implementadas durante la pandemia siguen vigentes sin modificaciones, lo que están generando inconvenientes para los que desean entrenar y están pagando un carné de abonado.
Uno de los principales problemas señalados por los usuarios es el aforo limitado a 25 personas, lo que provoca largas esperas y dificultadas para acceder a las instalaciones. Según una usuaria, “hay aforo de 25 personas y no te dejan pasar hasta que no salga gente. Siempre hay cola. El problema es que en ese aforo se cuenta a todo el que entra. A las chicas de gimnasia y los de clases de dentro también. Se puso ese aforo para pandemia y lo han dejado. Todo el mundo está quejándose y poniendo reclamaciones pero no sé si llegan a algún punto”.
Otro de los inconvenientes mencionados es la falta de espacio y lo difícil que podría ser la ampliación de las instalaciones. Otro usuario comenta: “Ya lo primero es que el sitio es pequeño. Hay un aforo de 25 personas, y el tema es que el gimnasio lo tienen que ampliar. ¿Pero dónde lo amplían? Eso es lo difícil. Porque el gimnasio se queda pequeñísimo, con 25 personas entrenando ahí. Es una barbaridad ya de gente, y los que van se quedan sin máquinas y demás”.
Colas para acceder al gimnasio
El sistema de control de acceso también es motivo de queja, ya que muchos usuarios se ven obligados a esperar largos periodos para poder ingresar al gimnasio: “Tú llegas al gimnasio y cuando vas a poner el dedo para que te lea la huella, ya hay 25 personas y el dispositivo ya ni te lee la huella y no te deja entrar. Entonces te tienes que quedar en la fila afuera esperando. Lo que fastidia no es que tengas que esperar igual 10 minutos para que salga otra persona. Molesta, pero no es tan quemante. Lo que quema es que la gente que vamos, vamos a entrenar. El otro día, por ejemplo, tenía a seis personas delante de mí y no pude entrenar. 20 minutos después de estar esperando sólo había accedido una más. Seguían quedando cinco personas por delante y a los 20 minutos coges y te marchas”.
El incumplimiento de las normas por parte de algunos usuarios y del propio personal también es un punto de conflicto. “De los últimos días que he ido a entrenar, sólo he podido entrar tres días al gimnasio. Y luego está la gente que no cumple las reglas. Una de las reglas es que con este aforo, tú puedes entrar cuando quieras y estar una hora entrenando, pero hay chavales que se tiran dos horas, dos horas y media, y nadie les dice nada. Nadie controla eso”, explica el mismo usuario.
Pero hay más. “Otra de las cosas es que cuando hay aforo completo y no se te abre la barrera, tienes que estar afuera esperando. Pues luego está el monitor de turno. Vienen sus colegas y como hay aforo completo, les abre la barrera para que entren, y otros que tienen que estar en la sala para controlar, se ponen a entrenar. Entonces, entre el aforo de 25 personas, los que han dejado pasar al socorrista, el monitor que no tenía que estar entrenando y se pone a entrenar, pues al final hay 30 o 32 personas. Más luego el que ha cogido y ha saltado la barrera y nadie le ha dicho nada”.
El Ayuntamiento de Haro está al tanto de la problemática y trabaja en buscar soluciones, aunque no se espera una resolución a corto plazo. “Estuve hablando con un concejal y me dijo que están al tanto de todo y que están buscando una solución, como es la ampliación, pero creo que no va a ser a corto plazo. Entiendo que es una situación difícil y de difícil solución, pero claro estamos con un carné pagado, algunos pagando 200 y pico euros. Y si voy seis días a entrenar y tres no puedo entrar, ¿qué hago? Pues la gente se acaba quemando y es normal”, señala el mismo usuario.
Esta problemática se agudiza especialmente en determinados días y horarios, con picos de asistencia que hacen aún más complicada la situación. “Sobre todo pasa los lunes y martes y algún miércoles. Si vas el sábado a las 11 de la mañana no te pasa y si vas un domingo a las 10 tampoco. Vas el jueves o el viernes a las 8 de la tarde y seguramente no te pase eso. Pero los lunes y los martes se han convertido en una odisea y es imposible entrenar. Es una pasada”, indica otro usuario.
Ampliación de las instalaciones, pero no para ahora
Desde el Ayuntamiento de Haro, el concejal de área, Borja Merino conoce la problemática y considera que la “solución definitiva” sería la de ampliar el gimnasio, algo que no se puede hacer ahora mismo con el contrato vigente. “El contrato finaliza en febrero de 2026 y hasta entonces intentaremos buscar alternativas para dar solución al problema”, indica. “El aforo de 25 personas está así por normativa. Sí que hemos constatado que al renovar la maquinaria hay mucha más gente que se ha animado a ir al gimnasio y eso hace que algunos días se sobrepase el aforo y haya gente que tenga que esperar afuera haciendo fila. Estamos valorando algunas opciones, pero con el pliego actual no podemos hacerlo, como coger espacio de otras salas, ganar espacio con el hall que es muy grande o realizar una ampliación propiamente dicha del gimnasio”, explica Merino.
Entre las posibilidades estarían la de sacar alguna máquina a otro espacio para ganar aforo o implementar un sistema de reservas para que el que quiera pueda reservar una hora específica para utilizar las instalaciones. Desde la Concejalía de Deporte, Merino hace hincapié en que las reclamaciones se hagan de manera oficial, por instancia en el Ayuntamiento o en el mostrador de las piscinas climatizadas, para que puedan conocerlas de primera mano en el Ayuntamiento. “Todos los lunes nos transmiten las reclamaciones que se hacen en las instalaciones de El Mazo”, asegura. También está disponible la Plataforma de Gestión Digital de Haro, presentada el pasado mes de enero, en la que los ciudadanos pueden notificar incidencias que detecten en el municipio, así como realizar peticiones de recogida de voluminosos y fomentar la reutilización de enseres.
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