Moraira es uno de esos pequeños centros urbanos que se convierten en sinónimo de un verano inolvidable. En la provincia de Alicante se encuentra esta pequeña población, que comparte administración municipal con Teulada, pero que se diferencia por estar frente a la inmensa costa.
Ir a Moraira no solo es cosa del verano, aunque es en verano cuando su población se multiplica por 3 o por 5, ya que es uno de los mejores lugares en los que quedarse, y desde el que partir para hacer un recorrido por otros lugares turísticos -y más costosos en alojamiento- por la Costa Blanca, como puede ser el caso de querer visitar también Alicante, Valencia, Benissa o Benidorm, que se encuentran a poca distancia relativa en coche.
Alojarse en Moraira
La decisión más acertada, por el enfoque de la pequeña población, es buscar villas en Moraira, cuyos precios serán mucho más competitivos y serán las que permitan obtener mayor variedad y calidad de servicios, ya que a pesar de ser un lugar de mucho turismo extranjero, su infraestructura turística aún no está muy desarrollada, por lo que seguramente no saldrá tan a cuenta decantarse por otra clase de alojamiento, más aún considerando que se trata de un excelente destino para disfrutar con toda la familia y durante varios días.
El clima en Moraira
Una de las ventajas de Moraira es enclavarse frente al mar y contar con el clima del Mediterráneo, con más de 320 días de sol durante todo el año, de manera que incluso en temporada baja puede ser apetecible conocer lo que Moraira tiene para descubrir, que no es poco.
Moraira, un lugar para disfrutar y descubrir
Moraira fue un antiguo lugar de pesca que luego se fue desarrollando hasta tener, en la actualidad, una población de más de 14.000 habitantes y una historia que han sabido resguardar y cultivar a lo largo del tiempo, por lo que la población atesora aún mucho de su vida pesquera, con monumentos, callejuelas y sitios interesantes.
Castillo de Moraira
Recomendado como uno de los mejores lugares desde los cuales ver el atardecer en la Costa Blanca, el Castillo de Moraira es una construcción que se finalizó en 1742 para proteger a la población de los piratas.
Su excelente estado de conservación, la torre vigía y el acceso al mismo, que es completo y sin restricciones, es algo que resulta imperdible para quienes visiten Moraira.
Puerto pesquero
Justo al lado del puerto deportivo, que cada verano se llena de yates lujosos, está el puerto pesquero de Moraira, que se ha desarrollado desde que se fundó la cofradía hasta convertirse en un moderno puerto, con excelentes instalaciones, en las que se puede comprar pescado y marisco en la típica subasta de la mañana, justo al romper el amanecer. La subasta en sí misma, y la frescura de la compra del día, son experiencias que vale la pena vivir.
Marjal del Senillar
Es un humedal que queda muy cerca de la Playa de L’Ampolla, una de las más conocidas de Moraira, por eso, por estar tan cerca, hay que visitarlo.
El Marjal del Senillar fue declarado en el año 2004 como Reserva de Fauna Silvestre, y habitan allí especies animales y vegetales en peligro de extinción, por lo que la visita es mucho más que distracción o contemplación de los paisajes, es conocimiento y diversión profunda.
Moraira, por supuesto, es sinónimo de playas y calas
Moraira tiene un total de 7 playas y calas, casi todas con bandera azul, por lo que sin duda, merecen la pena si vas al litoral alicantino.
Entre las más recomendables para visitar y disfrutar están la Cala Llebeig, por tener un difícil acceso y ser prácticamente desierta la mayoría del tiempo, lo que la hace aún más especial; la Playa de L’Ampolla, la más conocida y la mejor para ir con niños o con toda la familia, por la cantidad de servicios que allí se pueden encontrar en favor de tener un día inolvidable y repleto de actividades; pero también hay otras que bien valen la pena, como Les Platgetes, ideal para practicar deportes acuáticos, o la linda y tradicional El Portet, similar en servicios y actividades a L’Ampolla.