Haggis nos regala un beso mejor que el original
‘El último beso’ supone el enésimo ‘remake’ de la temporada, pero es una grata sorpresa gracias al guionista de ‘Million dollar baby’
Paul Haggis (1953) sorprendió a propios y extraños colando a ‘Crash’, su debut como director, en la lista de los Oscar de 2004. No contento con ello, el filme dio la campanada y se llevó la estatuilla. Para algunos fue un atraco. Sin embargo, una de las grandes bazas de este canadiense es que sabe contar historias. Prueba de ello son sus libretos para Clint Eastwood (‘Million dollar baby’,‘Banderas de nuestros padres’ y ‘Cartas de Iwo Jima), sin olvidar que es uno de los culpables del resurgir realista del nuevo Bond encarnado por Daniel Craig. Antes que llegue a nuestro país ‘In the valley of Elah’, su último trabajo como director con el que hace mella en el conflicto armado en Irak, se estrena ‘El último beso’, ‘remake’ del filme italiano del mismo título dirigido en 2001 por Gabriele Muccino. Haggis se ha encargado de reescribir el guión de una historia romántica y ha conseguido lo que pocos suelen lograr con un ‘remake’: superar al original. El director de ‘Crash’ le da un toque más profundo e inteligente y, encima, más de uno se verá identificado. Seguro.
‘El último beso’ está protagonizada por Zach Braff, famoso por la serie ‘Scrubs’ que emite Canal +. Lo acompañan el hermano de Ben Affleck, Casey (al que veremos en el esperadísimo debut de su hermano como director, ‘Gone baby gone’), Rachel Bilson, más conocida por su papel de Summer en ‘The O. C.’ y que tiene su primer papel en la pantalla grande, y los veteranos Tom Wilkinson (‘Batman begins’) y Blythe Danner (‘Los padres de ella’).
La historia gira en torno a Michael (Zach Braff) y sus cuatro amigos, inmersos en la crisis de los treinta. Mark se casa y en la boda, Michael conoce a una guapa universitaria con la que tendrá más que palabras. La cosa se complica porque Michael tiene novia y está embarzada. Obligado a tomar decisiones precipitadas, el protagonista no sólo tendrá que arreglar su vida sino también la de sus amigos, que tampoco está para tirar cohetes. De la dirección se encarga Tony Goldwyn, más conocido por sus trabajos de secundario en filmes como ‘El último samurai’, ‘El sexto día’ y ‘El coleccionista de amantes’. Una grata sorpresa.
