En casa de Quentin Tarantino están de fiesta. Su superhéroe de la niñez despega hacia la gran pantalla. Gracias a la secuela de ‘Los 4 Fantásticos’, que se estrena hoy en los cines españoles, el director de ‘Reservoir Dogs’ habrá podido revivir sus fantasías más infantiles. Tim Story –que repite como director– ya dijo en su día que «mi Silver Surfer (Estela Plateada entre nosotros) será el que todos conocemos y amamos».
Y el mayor esfuerzo de los productores y guionistas de la cinta fue ése: que Silver Surfer-Estela Plateada no perdiera el atractivo del cómic. Y eso, por lo menos, lo han conseguido. Incluso el actor Ioan Gruffudd (Mr. Fantástico) ha reconocido sentir «envidia» del surfero cósmico. «Es un personaje increíblemente sexy».
Pero ni siquiera el guión de Don Payne –reconocido fan de la historieta– logra que el filme salga a flote. Esta vez, la familia fantástica se enfrenta a una serie de anomalías que están poniendo en peligro la Tierra. Detrás de ellas está Silver Surfer, que tiene la misión de preparar al planeta para su destrucción. Sin embargo, este personaje de piel plateada y amante del surf espacial esconde una inquietante historia, un trasfondo trágico, merecedor de una película propia. Y no tan infantiloide.
Y es que sin ser nada pretencioso –faltaría más–, la cinta debería, al menos, ofrecer lo mínimo que se le pide a esta clase de títulos: acción. Y esta brilla por su ausencia. Compararla con títulos como ‘X-Men’, ‘Spiderman’ y ‘Batman Begins’ sería faltarles al respeto a sus directores Singer, Raimi y Nolan, mucho más comprometidos que Story.
La elección de los actores ya fue controvertida. Sólo Evans y Chiklis resisten el examen. La pareja Alba-Gruffudd es ñoña y rancia. Ella, demasiado bombón para tan poco traje: él, soso y sin espíritu.
Interpretaciones aparte, sólo el trabajo de Larry Blanford, director de fotografía de las secuencias aéreas de ‘Top Gun’, ‘La Roca’ y ‘Armageddon’, y la mera presencia de Estela Plateada son lo único reseñable de un producto tan fácil de ver como de olvidar.
Con esta secuela, Tim Story no ha hecho otra cosa que cavar la tumba de esta familia de superhéroes. El producto ya no da más de sí, por muchos poderes que tenga la peculiar familia. Sólo una revisión total en manos de otro director podría rescatarlos.
