Fuera de orden del día de la sesión celebrada el 29 de septiembre el edil José María Mazón, manifestaría, que próximo a funcionar el Instituto Elemental de Segunda Enseñanza convendría que el Ayuntamiento crease algunas becas para estudiantes aplicados, siendo preciso establecer las condiciones necesarias para ser solicitadas para el curso 1933/34. Acordándose, por unanimidad, crear tres becas, delegándose en la Comisión de Hacienda la confección de las condiciones, siendo asesorada, únicamente para este asunto, por el señor Mazón.
El Diario La Rioja, corresponsalía del 02-10-1933, comunicaría, que por Decreto del pasado 29 de septiembre, se había prorrogado en todos los Institutos y Colegios subvencionados de Segunda Enseñanza de España, hasta el día 10 de octubre la matriculación de alumnos. De todas las formas, en el caso de que algunos estudiantes se hubiesen matriculado en otro Instituto y lo deseasen hacer en el de Haro, podían trasladar la matrícula.
Intensas gestiones para conseguir el funcionamiento del centro
Los matriculados para cursar estudios en este Instituto no debían apresurarse en adquirir libros hasta que el profesorado que se nombrase tomase posesión de sus cátedras indicando los que deberían utilizarse, ya que existían diversos textos para cada asignatura.
Las intensas gestiones realizadas para conseguir el funcionamiento del Centro docente, darían como resultado que se efectuasen a la Ciudad diversas visitas, unas por el mismo Ministro de Instrucción Pública, otras por el Diputado a Cortes por la provincia Amós Sabrás, que al propio tiempo figuraba como consejero de la Junta superior de Cultura para la sustitución de la Segunda Enseñanza, y otras por el arquitecto del Ministerio señor Borobio.
En la última girada por estos dos señores (L.R. corresponsalía del 17-10-1933) quedarían ultimados importantes datos relacionados principalmente con la dotación del mobiliario correspondiente y la realización de las obras precisas para dejar el edificio con las condiciones pedagógicas necesarias.
Inmediatamente que el Alcalde tuvo en su poder los diseños oficiales, se celebraría una subasta pública que se adjudicaría al carpintero harense Pascual Iglesias que construiría 75 mesas bipersonales, a 29 pesetas unidad, y 5 grandes para el profesorado, a 125 pesetas mesa, que serían colocadas en las aulas con sus correspondientes sillas.
Pero faltaba lo más imprescindible, la creación Oficial del Centro.
Así, en la Gaceta del día 16 de este mes de octubre de 1933, se publicaría una orden del Ministerio de Instrucción Pública anunciando la urgente provisión, por concurso, de las plazas de Director y Secretario, así como las vacantes de profesores de Matemáticas, Historia Natural y Agricultura, Física y Química, Literatura y Latín, Geografía e Historia, Filosofía y Derecho, Francés y Dibujo. Las cuales, a juzgar por los plazos perentorios que se indican en la orden, deberían estar nombrados antes del día 31, por lo que era de suponer que las clases diesen comienzo a primeros de noviembre, puesto que el Alcalde había contestado a un telegrama del Subsecretario de Instrucción Pública, informándole de que “Todo preparado para funcionar e incluso abierta matricula con buen número de inscritos”.
El diario La Rioja, corresponsalía del día 1 de noviembre de 1933 comunicaría que habían sido designados el Director y el Secretario del Instituto correspondiendo los cargos a Enrique Moliner Ruiz y Ricardo Martínez Llorente, respectivamente.
En sesión supletoria celebrada el 3 de noviembre de 1933 el Concejal Felipe López Elorza, volvería a preguntar si el Instituto llevaría el nombre del glorioso pedagogo Manuel Bartolomé Cossío, manifestando la Presidencia, que ese fue el motivo que sirvió de base para su consecución y ya figuraba el nombre del preclaro hijo de Haro en todos los documentos e impresos del Instituto. Finalizando el señor Ogueta opinando, que el día de la inauguración deberían organizarse festejos populares para exteriorizar la satisfacción con que el vecindario había recibido la creación del Centro docente. Indicando el alcalde Prudencio Fernández-Lacuesta del Val, que en su día se acordaría lo procedente y ampliando que existía preparadas ocho aulas faltando únicamente la de dibujo que se haría en el plazo máximo de cuatro días si el Director del Instituto consideraba su habilitación de perentoria necesidad.
Situación de las obras
Indicando, asimismo, la situación en que se encontraban las obras que se estaban llevando a efecto en el edificio destinado para la ubicación del Instituto, que estarían finalizadas en tres o cuatro días para poder comenzar las clases inmediatamente.
Añadiendo que tenía preparada una carta para el señor Ministro de Instrucción Pública, invitándole a la inauguración Oficial del Instituto.
El diario (L.R. corresponsalía del O8-11-1933) publicaría, que el sábado 4 llegaría a la ciudad el Director del Instituto Elemental Enrique Moliner Ruiz, que ejercería, al mismo tiempo, la cátedra de Matemáticas.
En su deseo de dar comienzo las clases en la mayor brevedad posible, ordenaría telefónicamente a los profesores que deberían incorporarse al Centro de enseñanza, llegando el lunes:
Javier María Echevarri Ortiz, profesor de Física y Química
Luis San Gil de Pedro, de Agricultura
Ricardo Martínez Llorente, de Literatura y al mismo tiempo Secretario del Instituto
Justiniano García Prado, de Geografía e Historia
Daniel Orellana Moreno, de Francés
Santiago Sacristán Torralba, de Dibujo.
La señorita encarga de la cátedra de Lengua Latina, Josefa Ibáñez Solera, residente en Valencia, no podría incorporarse al Centro por enfermedad.
Como hasta la fecha no se había designado Oficial de Secretaría y como para el comienzo de las clases era preciso organizar las matrículas, listas de alumnos, etc., se habilitaría a Luis Cordero Salvador, que había desempeñado el cargo, durante muchos años, en el Instituto Nacional de Vitoria, hoy jubilado.
Reunido el claustro de profesores, tomaría el acuerdo de comenzar las clases el día de mañana, jueves, a cuyo objeto serían citados todos los alumnos matriculados, que superaban los noventa, para que concurrieran a clase a las nueve menos cuarto de la mañana , pudiendo asistir incluso los que aún no habían realizado el examen de ingreso, que aumentaban considerablemente aquel número, y cuyo examen se realizaría el próximo lunes a las tres de la tarde con pluma estilográfica para hacer los ejercicios.
El curso comenzaría con la presencia de numerosos alumnos. El Director Enrique Moliner, haciendo uso de la facultad que le confería el artículo 16 del Real Decreto de 31 de enero de 1919, designaría auxiliares-ayudantes gratuitos: de la Sección de Letras al joven abogado local José Luis Mozos; de Ciencias, al farmacéutico José María Villamor Martínez; de Educación Física, al doctor Armando Santos Saralegui; y de Dibujo, al maestro nacional Luis García, que ejercerían durante el curso 1933-34, debiendo cesar el día 30 de septiembre.
En sesión celebrada el 10 de noviembre de 1933 el Alcalde manifestaría, que al comenzar las clases en el Instituto se había visto la necesidad de dotar al edificio con algunos efectos necesarios, como alumbrado, timbres, relojes, etcétera, así como hacer el nombramiento interino de dos bedeles que se encargasen de la limpieza, cuidado y demás servicios, sin cuyo nombramiento y dotación no sería posible comenzar normalmente las clases, pero que no había hecho los nombramientos ni la dotación mientras el Ayuntamiento no le autorizara para ello, que es lo que pedía en este acto.
Demanda que sería aprobada por unanimidad, al mismo tiempo que, a propuesta del edil José María Martínez Lacuesta, se acordaría comunicar a Manuel Bartolomé Cossío la apertura del Instituto que llevaría su nombre, ratificándole el agradecimiento del vecindario harense por la consecución de este importantísimo Centro de cultura superior que se inauguraría, oficialmente, una vez que estuviese en las necesarias condiciones y provisto de todo el material preciso de Física, Química e Historia Natural, que se había solicitado al Ministerio.
La contestación del señor Bartolomé llegaría mediante telefonema que sería leído en sesión celebrada el 17 de noviembre (A.A.), diciendo: Agradezco infinito cariñoso recuerdo apertura clases Instituto, ojala derrame bienes espirituales sobre Haro. Saludos pueblo y dignísimo Alcalde, fervorosamente, Cossío.