En el corazón de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, un grupo de bodegas ha decidido unir fuerzas para preservar una forma de entender y elaborar el vino que está profundamente arraigada en la tradición y el trabajo artesanal. La Asociación Menudas Bodegas se presenta como un colectivo de pequeñas bodegas que comparten una filosofía común: gestionar sus propios viñedos y producir vinos especiales en cantidades limitadas.
El alma de Menudas Bodegas
La asociación está compuesta por bodegas como Rulei (Badarán), Reminde (San Asensio), Elena Corzana (Navarrete), La Bodeguita Escondida (Hervías), Jaime Ruiz (Briones), Óscar Pérez (Briones), Jairus (Badarán), Horola (Baños de Río Tobía), Gama (Cárdenas) y Larraz (Cenicero). Todas ellas comparten una premisa básica: producir no más de 5.000 botellas al año, un compromiso que subraya su enfoque en la calidad por encima de la cantidad. Este límite, lejos de ser un obstáculo, permite a los bodegueros centrarse en la autenticidad y el carácter distintivo de sus vinos.
El objetivo de la asociación no es solo proteger este modelo de negocio, sino también crear un espacio de aprendizaje mutuo y apoyo. En un sector cada vez más dominado por grandes corporaciones, Menudas Bodegas busca fortalecer a los pequeños productores, compartiendo recursos y conocimientos. Las bodegas que forman parte de esta entidad colaboran en áreas clave como la comercialización, distribución, asesoramiento y marketing, optimizando sus esfuerzos para llegar a más consumidores sin perder su identidad.
Menudas Bodegas ha desarrollado una estrategia colaborativa que va más allá del simple intercambio de conocimientos. Las bodegas asociadas participan juntas en ferias del sector, organizan catas conjuntas para prescriptores y profesionales, y han implementado la compra conjunta de materiales como corchos y botellas. Esta última iniciativa no solo les permite reducir costes, sino que también facilita la gestión y garantiza un suministro constante de insumos de calidad.
Una barrera para los pequeños productores
Uno de los desafíos más importantes que enfrentan estas bodegas es la normativa actual que exige un mínimo de 50 barricas para certificar el envejecimiento de los vinos. Desde Menudas Bodegas, consideran que este requisito es una barrera para los pequeños productores, ya que limita su capacidad de certificar la calidad de sus vinos sin comprometer sus prácticas artesanales. Como parte de sus reivindicaciones, la asociación aboga por una modificación de esta normativa, buscando que se reconozcan otras formas de certificar el envejecimiento sin imponer restricciones que puedan ser insostenibles para las bodegas pequeñas.
Aunque la idea de crear la Asociación Menudas Bodegas comenzó a gestarse hace unos años, no fue hasta hace aproximadamente uno que se iniciaron los trámites oficiales para su constitución. Desde entonces, el proyecto ha ido tomando forma, atrayendo la atención de otros pequeños productores interesados en unirse a esta red colaborativa. Si bien las bodegas que conforman actualmente la asociación se encuentran en varias localidades de La Rioja, la entidad está abierta a la incorporación de nuevos miembros siempre que cumplan con los requisitos establecidos y estén ubicados dentro de los límites de la DOCa Rioja.
Este proyecto tiene una importancia crucial no solo para los bodegueros involucrados, sino también para la preservación del patrimonio vinícola de La Rioja. En un mundo donde la industrialización y la producción masiva amenazan con homogeneizar la oferta vinícola, Menudas Bodegas defiende un enfoque más humano y sostenible, donde cada botella cuenta una historia única y refleja el cuidado y la pasión de quienes la elaboran.
