Bodegas Bilbaínas empieza el año con buen pie y lo hace ampliando su gama de vinos de prestigio nacidos en Haro, cuna del Rioja. Siguiendo con su filosofía de poner el foco en las raíces, la bodega lanza al mercado Viña Vicuana, un vino que es el reflejo de su origen y de la diversidad del viñedo riojano.
Su nombre, Viña Vicuana, proviene de un viñedo adquirido en 1918, de características excepcionales, tanto por su terruño como por la climatología que le acompaña, de características principalmente atlánticas. En esta zona se encontraban cepas de tempranillo, graciano, garnacha e incluso mazuelo. En la actualidad, junto con las cepas más antiguas de tempranillo y graciano, se han recuperado 1,7 hectáreas de garnacha, con el fin de devolver a Viña Vicuana su antigua identidad.
Viña Vicuana 2018
Se trata de una edición limitada (solo 3.100 botellas) que se elabora en Bodegas Bilbaínas con tempranillo (80%) y graciano (20%). Un terroir de suelos franco arcillosos y arenosos de 5,23 hectáreas de cepas de tempranillo y graciano que datan de 1988. Tras la vendimia manual en cajas, se conservan los racimos a 4ºC 24h previas a su selección manual. La maceración total en 2018 fue de 21 días, descubándose en el momento de máximo equilibrio y expresión. Posteriormente, el graciano pasó a criarse en foudres de roble francés durante 20 meses, mientras que el tempranillo lo hizo en depósitos de hormigón. Finalmente, se ensamblan los vinos resultantes, antes de ser embotellados.
El resultado es un vino granate intenso y muy vivo con reflejos violetas. En nariz y boca, destacan los aromas de fruta roja madura, con notas licorosas y un largo retrogusto. Es perfecto para platos especiados, sushi, mariscos o pescados (precio recomendado 50 euros).