En el marco de la denominada Operación Perla, agentes de la Policía Nacional en La Rioja han arrestado a una mujer de 45 años con antecedentes por delitos similares en 2017. La sospechosa trabajaba en una residencia de ancianos en La Rioja y se le acusa de cometer un delito continuado de robo de joyas, ya que se le imputa haber sustraído joyas a cuatro personas mayores que residían en dicho establecimiento.
Los hechos tuvieron lugar en una residencia de ancianos en la Comunidad Autónoma de La Rioja. La detenida sustraía las joyas y luego las vendía en diferentes tiendas de compra-venta de oro en la región. La investigación ha identificado al menos cuatro víctimas.
Cuatro víctimas, hasta el momento
La pesquisa, a cargo de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía, se inició cuando se detectaron ventas de joyas en distintos establecimientos de compra-venta de oro, todas realizadas por la misma persona en diferentes lugares de la comunidad.
Después de una minuciosa investigación llevada a cabo por los miembros de la UDEV, se pudo determinar que la empleada de la residencia de ancianos había abusado de su posición de confianza para apropiarse de las joyas que poseían los residentes ancianos en sus habitaciones. Todas las víctimas eran personas mayores de noventa años, y ni ellas ni sus familiares eran conscientes de los robos en ese momento.
En un período que abarca desde septiembre de 2022 hasta agosto de 2023, la mujer sustrajo numerosas joyas y las vendió en al menos 10 ocasiones en tiendas de compra-venta de oro. Hasta ahora, se han identificado cuatro víctimas. La detenida se aprovechaba de la confianza que tenía como cuidadora para llevar a cabo estos delitos.
La mayoría de las víctimas no denunciaron los robos debido a su avanzada edad y a menudo a sus limitaciones cognitivas. Dado que las joyas eran únicas, familiares o adquiridas hace muchos años, su valor real no se pudo determinar completamente, ya que solo se evaluaba su peso como metales preciosos, sin considerar su diseño, fabricación y antigüedad, lo que resultaba en una valoración significativamente inferior en los establecimientos de compra-venta.
Debido al tiempo transcurrido desde las ventas hasta la investigación, solo se pudieron recuperar las últimas piezas vendidas, causando un gran daño a las víctimas, ya que eran objetos conmemorativos y regalos de toda una vida que ya no podrán recuperar.
Los investigadores continúan trabajando en el caso, pero es difícil encontrar más víctimas, ya que muchos familiares desconocen las joyas que poseían sus seres queridos.
La detenida, de nacionalidad española, de 45 años y residente en Logroño, tenía un antecedente policial por hechos similares ocurridos en 2017. Tras prestar declaración, fue puesta en libertad, aunque está obligada a comparecer ante la autoridad judicial cuando sea requerida.