Aún pendientes de si se produce finalmente algún movimiento desde Manzanos Wines, el grupo navarro que anunció una astronómica inversión en la ampliación de Bodegas Berceo con la construcción de un sorprendente parque temático sobre el vino que parece no encajar en la normativa urbanística de Haro, Bodegas Santalba sí que comienza a dar pasos mucho más sólidos para el desarrollo de un proyecto enoturístico al que empiezan a abrírsele todas las puertas de la administración y que se llevará a cabo en el entorno de Las Cuevas y Santa Lucía.
“Son calados de hace 200 años, pasadizos subterráneos, jardines”. Los propietarios de la firma bodeguera que tiene su centro de operaciones en Gimileo están convencidos de que disponen de “un patrimonio histórico y cultural” situado en el centro de Haro que “merece ser recuperado”. Para ello trabajan en firme, tras aprovechar los hijos de Santiago Ijalba la oferta que recibieron en 2018 para hacerse con la bodega donde comenzó su padre su trayectoria profesional, dentro del mundo del vino, así como los terrenos colindantes. “No pudimos resistirnos”, reconoce abiertamente Laura Santalba.
El soñado proyecto tomará forma sobre un espacio comprendido entre las calles Cuevas y Santa Lucía, considerado el núcleo vinícola de la ciudad hasta finales del XIX, cuando la llegada del ferrocarril provocó el traslado de las bodegas al histórico Barrio de la Estación.
Tras aprobarse la modificación del Plan General Municipal (PGM) en pleno y en la Comisión de Ordenación del Territorio, se tramita ahora el proyecto que dará cabida “a todas las ideas y necesidades que Haro como capital del Rioja requiere: patrimonio, conocimiento y cultura en torno al mundo del vino”. En este caso con un carácter formativo que dé lugar a “un producto enoturístico único, una forma de adentrarse en la zona tradicional de bodegas de la ciudad con una visión totalmente distinta”, explica Laura, junto a su hermano Roberto responsable de la dirección de la firma.
Los exteriores, un pilar fundamental del proyecto
“Más allá de los calados y de la bodega, los exteriores serán un pilar fundamental para este proyecto. En una de las parcelas tenemos un jardín de más de 1.500 metros cuadrados. El proyecto no se va a quedar sólo en preservar el patrimonio cultural de la localidad jarrera y apostar por su valor formativo. Nuestra bodega y valores siempre han ido ligados a la elaboración vinícola y, por ello, este espacio no iba a ser diferente. Pretendemos ‘amasar’ un vino de muy alta gama, especial y diferente, ya que la bodega que se asienta en el casco urbano de Haro no es propiamente de elaboración, sino que está más enfocada a la crianza”, remarca.
Sus promotores tienen clara la idea. Porque en la ciudad jarrera “no hay nada igual y, como jarreros que somos, queríamos que el proyecto se quedase aquí, en la capital del Rioja para ofrecer a los visitantes una alternativa transversal y completa, aglutinada en un mismo espacio y de la mano de los propios responsables de la bodega”. Son los detalles con los que tratan de crear “un lugar lleno de sentimiento y experiencias” en el centro histórico de Haro.