- Riscos de Bilibio (II): Términos al norte. La cantera y Barrio de San Felices
- Historias de Haro: las fuentes de Bilibio
En estos capítulos trataremos los términos al Norte y Sur de los Riscos de Bilibio, junto a su historia, la población de Bilibio, así como sus restos históricos y una breve reseña del habitante más singular de estos lares. Estas estribaciones serán el eje vertebrador y los límites en los que circunscribiremos: Al Norte el Aguanales y la provincia de Burgos, al Sur el arroyo de Valtracones, al Este el Ebro y al Oeste la AP-68.
La primera materia que trataremos será la etimología del nombre de Bilibio, ya que respecto al significado de este nombre ha habido explicaciones muy variadas a lo largo de los diferentes estudios realizados. La mayoría de la literatura pretérita, le otorgaba una raíz latina, en diferentes formas, todas referidas al efecto que se produce en las Conchas, esto es, la doble vertiente montañosa, interrumpida por el Ebro en su punto central, y el recuerdo metafórico que produce la estampa con unos labios o boca. Las diferentes variaciones incluyen la palabra latina “labium” y el prefijo “bi”: Bis-Labium (Merino Urrutia, Villacampa) o la variación Bis-Babium (Verde) que ha sido abandonada actualmente. El término tiene una antigüedad superior. La respuesta la encontramos al otro lado de la Sierra Toloño y Sierra Cantabria, en el municipio de Bernedo, cuadrilla de Campezo-Montaña Alavesa. En la ermita de San Bartolomé en Angostina (un concejo del mencionado municipio), encontramos en una ventana un ara votiva, reutilizada como clave superior de este vano.
En esta ara aparece una inscripción que arrojaría luz sobre el origen y significado de Bilibio. Un ara votiva es una estela o lápida que es dedicada a un dios por una promesa o voto. La mayoría de estas inscripciones fueron reutilizadas en la construcción de nuevos edificios. Por ello es algo común que nos hayan llegado estos epígrafes fuera del ámbito en los que se encontraban. Y la importancia de estas leyendas, podemos asegurar que son las pistas que nos facilitan acerca de la cultura y mitología que tenían los antiguos.
En nuestro caso su tamaño es como recoge Andoni Sáenz de Buruaga, de 0,38 x 0,26 x 0,17 cm, con una forma rectangular. La inscripción presenta tres líneas, con una buena factura, y líneas guía. Su hallazgo se produjo en 1988. En el texto se puede leer (columna izquierda texto original, derecha transcripción):
“BAELIBIO Baelibio
TEA A Tea a
u s g m u (otum) s (oluit) l (ibens) m(erito)
El primer término es un teónimo, o el nombre de una deidad. El ara está consagrada a Baelibio. A comienzos del siglo XX apareció también otra lápida votiva, en la misma ermita, en la que el erudito Baraibar descubrió el nombre de una deidad, Baelisto. La inscripción presentaba bastante desgaste y alguna fractura menor en la grabación del teónimo. Hasta la aparición de la segunda a finales del siglo XX, se consideró a este Baelisto, como una deidad única, inclasificable en el conocimiento que se tenía de diferentes omnipotencias. La aparición de la segunda ara, hace que se pueda corregir la epigrafía de la primera, pudiendo confirmar el teónimo Baelibio. La evolución de este nombre en un topónimo, la podemos encontrar en la siguiente secuencia: Baelibio>Belibio>Bilibio.
El significado de Baelibio estaría relacionado con el culto a los espacios físicos de los antiguos, tal como se recoge en las fuentes clásicas. Es un tipo de sincretismo o aglutinador, de la representación en el mundo físico de la deidad superior e incognoscible. Un detalle muy relevador, es la existencia de este tipo de cultos entre los habitantes de las estribaciones de los Obarenes, Sierra de Toloño y la sierra de la Demanda. Várdulos, Autrigones y Berones, compartían estas creencias en la triada de Tullonio (Toloño) Baelibio (Bilibio) y Dercetio (montes Distercios, Sierra de Arandio o, actualmente, de la Demanda). Conocemos estas deidades por distintas aras votivas encontradas en Alegría (Álava) en el caso de Tullonio, las comentadas de Angostina para Baelibio y en Estollo (cercano a Berceo y san Millán) para Dercetio. Este proceso se repite así mismo en Valvanera, donde el sincretismo religioso saltará al catolicismo con el culto mariano, representada en la imagen de la virgen dentro de un árbol, arboledas que era el objeto de culto por los pueblos pre-cristianos.



En resumen, Bilibio procede del teónimo Baelibio, que es una divinidad representada por los Riscos que sobrevive como topónimo y que representa un proceso sincrético que une la sacralización de dicho espacio y la figura divina.
El nombre de Bilibio usado ya como topónimo, cristaliza desde la antigüedad. San Braulio, biógrafo de San Millán, en su obra Vita Sancti Aemiliani, ya consigna el viaje del cogollano al Castellum Bilibium, en el siglo VII. En el códice Galicano encontramos tres referencias tempranas a Bilibio, la primera pertenece a los Falsos Votos de San Millán, fechado en 934 aunque posiblemente sea una falsificación del siglo XIII con un objetivo propagandístico para aumentar el prestigio del cenobio, se nombra en la lista de las poblaciones tributarias a Billivio. La segunda referencia es la donación de la tercera del monasterio de San Miguel de Alviano por parte de Orbita Aznar. Uno de los privilegios era la entrega diaria de un hato de leña de los Montes Bellivio traída por un pollino (ya vista en el capítulo15). La tercera es un documento de venta donde se detectan dos testigos oriundos de Bellivio.



Por último, comentaremos dos referencias más. La primera es la lápida funeraria retirada del antiguo sepulcro de San Millán en 1601, que en opinión Gobantes, se puso en el 612 y recoge el término Ad castellum Bilibiense. La segunda, es doble, perteneciendo al fuero de Miranda (1099) y al fuero de Haro (1187) donde ya se nombra el paraje con el nombre actual, Bilibio.