Juan José Davalillo (Ollauri, 1955) recibió este viernes la Medalla de Oro de la Ciudad de Haro, reconocimiento que lleva ímplicito convertirse en Hijo Predilecto de la localidad por “su servicio, disposición y disponibilidad en la gestión de la pandemia generada por la COVID-19”. Una concesión que reconoce el propio Davalillo haber recibido “muy agobiado”. “No me lo esperaba en absoluto, me siento abrumado, pero lo agradezco de corazón”, admite.
Davalillo lleva casi 40 años al servicio de la Policía Local de Haro y desde el pasado 6 de junio de 2019 como jefe en funciones de la Jefatura tras la jubilación de Eduardo Bozalongo. Se podría haber jubilado este año, pero la petición de la alcaldesa, el inicio de la pandemia y el no dejar en cuadro a sus compañeros le hicieron cambiar de opinión. “Al final todo influyó”, reconoce.
Los comienzos en la Policía Local
¿Cuándo y por qué decide hacerse policía local?
Al principio lo vi como una salida laboral. Yo trabajaba en la construcción y allá por 1981 mientras hacíamos una obra en la calle Linares Rivas se acercaron dos agentes a los que conocía y nos comentaron que estaban buscando gente joven que quisera ingresar en el cuerpo. Me dijeron que fuera a una entrevista personal. Yo iba con los ojos ciegos porque ni sabía cómo era eso de trabajar como policía local. Fuimos cuatro a la entrevista y nos cogieron al final a tres. Empecé en el turno de noche porque me daba un poco de vergüenza salir a la calle con el uniforme (se ríe recordando la anécdota).
Ahora es mucho es más complicado entrar en la Policía Local. Casi se exige récord nacional de velocidad y resistencia…
No tiene nada que ver lo de ahora con aquello. Ahora las oposiciones son mucho más importantes y duras. Al poco de entrar en el cuerpo hicimos unas oposiciones teóricas, pero las pruebas físicas eran subirse a una cuerda, saltar y correr 100 metros. Antes todo era muy diferente.
Podría haberse jubilado este año. ¿Qué es lo que le hizo cambiar de idea?
El 6 de marzo bajé con la alcaldesa a una reunión en la Delegación del Gobierno donde nos informaron sobre la pandemia del coronavirus. Entonces la alcadesa me pidió que no me jubilara. “Juanjo, ahora no te puedes jubilar, no nos puedes dejar así sin jefe ahora con todo lo que nos viene”, me dijo. Entre eso, el coronavirus, la falta de efectivos en el cuerpo y el amor que siento por este trabajo hicieron que cambiara de opinión. Al final todo influyó a la hora de decidir quedarme.
“Admito que entré casi engañado”
Muchos aseguran que se hicieron policías por vocación, pero usted admite que lo hizo como salida laboral.
No conocía nada de la Policía Local. Admito que entré casi engañado. En la construcción ganaba 37.000 pesetas al mes y me pagaban la hora extra a 400 pesetas. En la Policía empecé ganando 14.000 pesetas y me pagaban la hora extra a 25 pesetas. Al principio aguanté por mi mujer. Tenía dos hijos y había que darles de comer. El jefe me dijo que íbamos a cobrar 10.000 pesetas más, pero yo pensaba que era al mes y no al año como realmente fue (se ríe otra vez). Pero al final con el paso del tiempo he terminado por sentir devoción por mi trabajo como policía local. Con mi excompañero Francisco Sáez de la Maleta pasé una época muy bonita en el turno de noche. Resolvimos muchos problemas.
¿La pandemia del coronavirus ha sido la época más difícil su paso por la Policía Local?
No se ha conocido nada igual en Haro ni en el mundo. Sobre todo con respecto a la población ha sido mi época más difícil en la Policía Local. Una pandemia así ha sido lo más duro que me ha tocado vivir como agente, sin duda.
“Durante la pandemia nos hemos sentido muy arropados por la gente”
¿Qué le ha enseñado este período tan complicado con la pandemia de la COVID en primer plano?
Sobre todo valorar el agradecimiento de las personas hacia nosotros. Cuando salíamos por las tardes a animar un poco a la gente sentíamos su cariño y nos hemos sentido muy arropados. Hemos hecho muchas cosas y siempre nos lo han agradecido. Personas mayores que se quedaban sin butano o sin medicación, y los agentes de la Policía Local ahí estábamos para echarles una mano. Recuerdo el caso de una señora mayor a la que se le estropeó el secador de pelo y no podía salir de casa. Fuimos y le llevamos uno a casa, y su agradecimiento de corazón es una de las cosas que nos llevamos de esta pandemia con mucho cariño. La condición humana es con lo que me quedo de este período tan difícil.
¿Cómo ha recibido el reconocimiento por parte de el Ayuntamiento?
Muy agobiado y porque no me lo esperaba en absoluto. Me siento abrumado por la situación, pero lo agradezco de corazón. La verdad es que hubiese preferido que no me hubiesen hecho nada. La gente me para por la calle para felicitarme y eso me abruma un poco. Al final he estado muchos años trabajando como policía local y la safisfacción ha sido el día a día.
“En casa están en una nube”
¿Y en casa cómo han recibido este reconocimiento?
En casa están en una nube. Están todos muy contentos y orgullosos.
¿Y ahora qué? ¿Cuándo va a jubilarse finalmente?
Pues supongo que habrá que pagar la medalla (se ríe por tercera vez). La verdad es que me gustaría jubilarme cuanto antes, pero a ver si pasa esta pandemia o al menos hasta que llegue el nuevo jefe de la Policía Local aquí estaré.
