CVNE será, desde hoy hasta el próximo 11 de enero de 2026, la orgullosa sede de la obra de gran formato A lo largo del día de Jaume Plensa (Barcelona, 1955), uno de los escultores más relevantes de la actualidad. El autor ha oficializado la apertura en la sede de la Compañía en Haro, junto al CEO de CVNE, Víctor Urrutia; la consejera de agricultura del Gobierno de la Rioja, Noemí Manzanos; y la alcaldesa de Haro, Guadalupe Fernández Prado.
CVNE vuelve así a retomar su idilio con el arte que, desde que en 2014 comenzó con la exposición de Eduardo Chillida El viento que no vemos, se ha mantenido como parte de su esencia: “Entendemos que el arte se acerca al vino en cuanto al proceso creativo y a que, como en el arte, las personas ponen en su elaboración sentido, talento y emociones. Para nosotros es una forma de expresión vital con la que nos identificamos, al tiempo que abrimos las puertas de una nave histórica, en un barrio emblemático en la historia del vino, para acoger una obra de un autor que ya se considera icónico como lo es Jaume Plensa”, comenta la directora de marketing y 5ª generación de la familia fundadora de CVNE, María Urrutia.
Una instalación sonora y participativa
La Nave II acogerá esta singular obra compuesta por 24 gongs suspendidos que representan las horas del día. Cada uno de estos instrumentos ancestrales contiene una palabra en inglés e invitan al visitante a hacerlos sonar, convirtiéndolo en partícipe de la obra al hacerle liberar la energía contenida en las piezas. “La elección de una bodega para exponer la obra, muy probablemente, no es del todo casual”, asevera Rocío Plana Freixas, Licenciada en Historia del Arte y doctoranda en una tesis sobre Jaume Plensa y el poder de la palabra en el espacio público, quien explica que otras series de gongs del escultor catalán también se han ubicado en espacios históricamente relacionados con “la proximidad o el abastecimiento de cuerpos fluidos”.
Se establece de forma casi accidental una sinérgica relación con el espacio y con el vino, no solo en lo conceptual, también en lo sensorial y hasta en lo atávico: CVNE cuenta con su propio gong en uno de los exteriores de sus naves de crianza, que se hace sonar cada tarde para indicar el final de la jornada.
Jaume Plensa transforma en A lo largo del día un tiempo lineal en un tiempo emocional, disponiendo los gongs de forma que se perciban como pares de palabras e inviten a quien la recorre a involucrarse con la obra. La Nave II, ligada el origen mismo de CVNE, contribuye a reforzar una idea de atemporalidad y de un refugio natural, húmedo y oscuro, que podría haber existido siempre.
Al hacer sonar los gongs con un mazo de madera y lana colocado junto al gong, un sonido que simbólicamente materializa el cambio, el visitante establece un vínculo único e irrepetible con ellos, que se refuerza con la presencia de la palabra grabada (ahuecada) en el metal: las palabras más largas, curiosamente, son las que hacen los gongs más ligeros, y el autor expresa que “es esta idea de hablar de las palabras por su ausencia: las palabras, cuanto más ampulosas y más largas, más ligeras”.
A lo largo del día se podrá visitar en diferentes modalidades: bien de manera independiente, bien guiada (previa reserva) y con la cata de cuatro vinos icónicos de la Compañía, armonizados con la obra de Plensa.

CVNE, puerta abierta al arte
CVNE ofrece diferentes alternativas para disfrutar de la cultura del vino a lo largo de todo el año. Ahora, y hasta enero de 2026, la exposición de Jaume Plensa se suma como un importante y atractivo elemento a las diferentes opciones que la bodega ofrece a sus visitantes.
La primera de ellas es la visita habitual a las instalaciones de CVNE que incluye poder disfrutar de la muestra única de Plensa a lo largo del recorrido; mantiene su precio de 28 euros por persona. La segunda opción contempla acudir únicamente a la bodega para conocer la exposición de Plensa, disponible todos los días, incluye una degustación del vino Asúa y tiene un coste de 12 euros por persona. Por último, la bodega ofrece la visita exclusiva “Vinos A lo largo del día”, que incorpora la cata de cuatro vinos vinculados a cuatro gongs de la exposición, con un coste 40 euros.
CVNE, fundada hace más de 145 años en el histórico Barrio de la Estación de Haro, mantiene desde hace años una relación estrecha con el arte, fruto de su filosofía que entiende el vino como una forma de expresión cultural y es capaz, como una buena obra de arte, de provocar emociones en quien lo degusta.
Por eso, diferentes espacios de la sede de Haro han sido la casa temporal de exposiciones de algunos de los nombres más relevantes de la expresión artística contemporánea: Eduardo Chillida, que mostró El viento que no vemos en 2014, una muestra que visitaron más de 10 000 personas durante los seis meses que estuvo expuesta; Cristina Iglesias, que montó sus Pozos elaborados con materiales como resina, aluminio o piedra cerámica en 2016; la obra de Anthony Caro estuvo expuesta en los 15 000 metros cuadrados del complejo vinícola, donde se situaron 23 de las piezas creadas por el escultor británico a lo largo de su carrera, algunas de ellas, con casi tres metros de altura; y en 2022, Pablo Palazuelo estuvo presente con su Ensoñación de la materia, una colección de doce esculturas de gran tamaño que se dispusieron en los exteriores de la bodega, junto a otras 19 pinturas de gran formato, situadas en salas interiores.
La obra de Plensa vuelve a reactivar, tras casi tres años, la vinculación de CVNE con la expresión artística contemporánea y muestra con qué naturalidad arte y vino pueden acercarse hasta formar una sinergia única y emocionante.






Sobre Jaume Plensa
Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es uno de los escultores contemporáneos más reconocidos internacionalmente. Su obra, profundamente humanista, explora la relación entre el cuerpo, la palabra, el tiempo y el espacio, a través de materiales como el hierro, el vidrio, el agua, la luz o el sonido. Autor de emblemáticas esculturas públicas en ciudades como Chicago, Londres, Seúl o Montreal, ha expuesto en museos e instituciones de referencia como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), el Musée d’Art Moderne de Céret, el MAXXI (Roma) o el Yorkshire Sculpture Park.
Plensa concibe el arte como un puente entre culturas, lenguajes y emociones, y ha sido galardonado con prestigiosos premios como el Velázquez de Artes Plásticas o el Nomura Art Award. “El arte no sirve para nada, por eso es tan importante”, comentó a propósito de la reciente presencia de varias de sus obras, creadas a lo largo de su carrera, en la Fundación Telefónica de Madrid, una aseveración que refleja la vocación creadora de un artista que se define como intuitivo e ignorante, condición en la que, según él, reside su valentía artística.