La transición energética ha puesto sobre la mesa nuevas formas de consumir y compartir energía. Entre ellas, la comunidad solar se ha convertido en una opción accesible y sostenible para quienes quieren beneficiarse de la energía fotovoltaica sin necesidad de disponer de un tejado propio. Sin embargo, aunque el modelo ofrece grandes ventajas, su puesta en marcha no está exenta de desafíos.
Los errores más comunes
Crear una comunidad solar requiere planificación, coordinación y conocimiento técnico y legal. Para ayudarte a que tu proyecto sea un éxito, repasamos aquí los errores más comunes al crear una comunidad solar con placas solares y te contamos cómo evitarlos.
1. No definir claramente el modelo de comunidad
Uno de los primeros errores es no definir con claridad el tipo de comunidad solar que se quiere formar. ¿Será una comunidad de autoconsumo compartido en un edificio de vecinos? ¿O un grupo de consumidores que se conectan a una instalación cercana, en un tejado o terreno alquilado?
Cómo evitarlo:
Desde el principio, es fundamental acordar el modelo de comunidad que mejor se adapte a las necesidades y características de los participantes. Esto implica definir si será una comunidad de autoconsumo bajo el Real Decreto 244/2019 o si se formará una comunidad energética local con personalidad jurídica propia. Cada modalidad tiene implicaciones legales, fiscales y de gestión diferentes.
2. No realizar un estudio técnico previo
Lanzarse a instalar placas solares sin analizar previamente la viabilidad técnica del proyecto es uno de los fallos más frecuentes. Factores como la orientación del tejado, la existencia de sombras, la superficie disponible o el estado estructural pueden condicionar el rendimiento y la rentabilidad de la instalación.
Cómo evitarlo:
Antes de tomar cualquier decisión, es imprescindible contratar a un técnico especializado para realizar un estudio solar preliminar. Este informe evaluará el potencial de producción, las necesidades estructurales, la distribución óptima de los paneles y los posibles problemas técnicos que puedan surgir.
3. No calcular correctamente las necesidades energéticas
Muchas comunidades cometen el error de instalar una cantidad de placas solares que no se ajusta al consumo real de los participantes. Esto puede derivar en dos problemas: una instalación sobredimensionada (más cara de lo necesario) o una instalación insuficiente (que no cubre las expectativas de ahorro).
Cómo evitarlo:
Se debe realizar un análisis detallado de los consumos eléctricos de cada miembro de la comunidad: históricos de consumo, hábitos horarios, posibles ampliaciones futuras, etc. El objetivo es dimensionar el sistema para que la producción anual se ajuste lo mejor posible al consumo global de la comunidad.
4. Mala gestión del reparto de la energía
Cuando se comparte una instalación de placas solares entre varios usuarios, el reparto de la energía puede generar conflictos si no está bien establecido desde el principio. ¿Quién recibe cuánta energía? ¿Se reparte en función de la inversión, del consumo, de una cuota fija?
Cómo evitarlo:
Definir un criterio de reparto claro es esencial. Según la legislación española, la energía puede repartirse de forma fija (por porcentajes acordados) o dinámica (en función del consumo real en cada momento). Además, es recomendable plasmar los acuerdos en un contrato o estatutos internos para evitar malentendidos.
5. No tramitar adecuadamente los permisos y licencias
Otro error habitual es pensar que una instalación solar compartida no requiere demasiados trámites. En realidad, instalar placas solares para una comunidad implica gestionar autorizaciones administrativas, notificaciones a la distribuidora eléctrica, contratos de autoconsumo compartido, y en algunos casos, permisos municipales de obra.
Cómo evitarlo:
Contar con asesoramiento legal y técnico especializado es clave. Una empresa instaladora con experiencia en proyectos de autoconsumo colectivo puede encargarse de tramitar todos los permisos y garantizar que el proyecto cumple la normativa vigente.
6. No prever los costes de mantenimiento y gestión
Algunas comunidades piensan solo en el coste inicial de la instalación, olvidando que los sistemas solares también requieren mantenimiento periódico para asegurar su buen funcionamiento. Además, la gestión administrativa (facturación, reparto de excedentes, atención a incidencias) también genera costes.
Cómo evitarlo:
En la planificación inicial, debe incluirse un presupuesto anual de mantenimiento y gestión. Esto puede implicar contratar a una empresa externa que se encargue de las labores técnicas y administrativas o establecer un fondo común para cubrir gastos imprevistos.
7. No informar ni implicar correctamente a todos los participantes
Un proyecto de comunidad solar es, ante todo, un proyecto colectivo. Cuando los participantes no comprenden bien el funcionamiento, las responsabilidades o los beneficios, pueden surgir conflictos, falta de compromiso o abandono del proyecto.
Cómo evitarlo:
Desde el inicio, es fundamental ofrecer información clara, transparente y accesible a todos los miembros. Reuniones informativas, documentos explicativos y canales de comunicación abiertos ayudarán a crear un clima de confianza y colaboración.
8. Olvidar la optimización fiscal y las subvenciones
Muchas comunidades dejan pasar la oportunidad de reducir el coste de la instalación por no solicitar a tiempo las subvenciones disponibles o no aplicar las bonificaciones fiscales en el IBI o el ICIO que ofrecen muchos municipios.
Cómo evitarlo:
Antes de comenzar el proyecto, es recomendable realizar un estudio de ayudas y beneficios fiscales disponibles en la localidad. Muchas empresas especializadas en autoconsumo solar ofrecen servicios de gestión de subvenciones para facilitar estos trámites.
Conclusión
Crear una comunidad solar con placas solares es una oportunidad fantástica para acceder a energía limpia, ahorrar en la factura eléctrica y contribuir al cuidado del medio ambiente. Sin embargo, para que el proyecto sea un éxito, es fundamental planificar bien desde el principio, evitar los errores más comunes y apoyarse en profesionales con experiencia.
Definir correctamente el modelo de comunidad, realizar estudios técnicos y de consumo, establecer acuerdos claros, gestionar adecuadamente los permisos y mantener una comunicación fluida entre los participantes son las claves para construir una comunidad solar sólida, eficiente y duradera.
La energía del futuro es colaborativa. Y con la preparación adecuada, tu comunidad solar puede ser un ejemplo de sostenibilidad, ahorro y compromiso social.