Te levantas, das un paso y… sorpresa. Esa clase de agujetas que te recuerdan cada sentadilla, cada zancada y cada minuto de motivación desatada en el gimnasio. Aunque suelen ser señal de que tus músculos han trabajado, no hay por qué resignarse al dolor. Existen formas reales de aliviar las molestias y acelerar la recuperación sin recurrir a soluciones extremas. Desde la hidratación hasta los alimentos con magnesio, aquí va una guía práctica que tu cuerpo agradecerá.
Cuidados inmediatos tras el esfuerzo
Agua, descanso y movimientos suaves
El primer error que se suele cometer es quedarse completamente quieto. Aunque duele, moverse ayuda. Pasear, hacer estiramientos suaves o nadar con calma favorece la circulación y reduce la inflamación. Beber mucha agua también es clave. Después de entrenar, el cuerpo necesita eliminar toxinas y reparar fibras musculares, ya que el proceso se ralentiza sin líquido suficiente.
Dormir bien es otro básico que suele infravalorarse. Durante el sueño, el cuerpo repara el daño muscular. Saltarse horas de descanso solo prolonga el dolor y retrasa la recuperación.
Masajes y duchas alternas
Los masajes suaves con cremas antiinflamatorias o aceites naturales pueden aliviar la rigidez. Si se combinan con duchas de contraste, alternando agua caliente y fría, el alivio es aún mayor. Estas técnicas ayudan a desinflamar y reactivar el flujo sanguíneo, lo que acelera el proceso de recuperación.
Nutrición inteligente para músculos agradecidos
Lo que comes también cuenta
El magnesio es un mineral fundamental para el buen funcionamiento muscular. Ayuda a relajar las fibras después del ejercicio y previene los calambres. Por eso es tan importante incluir en tu dieta alimentos ricos en magnesio, especialmente en días de entrenamiento intenso.
Semillas de calabaza, almendras, espinacas o legumbres no son solo saludables, sino verdaderos aliados contra las agujetas. También conviene repasar los 10 alimentos más ricos en magnesio:
- Legumbres.
- Quinoa.
- Semillas de calabaza.
- Tofu.
- Chocolate negro.
- Higos.
- Plátanos.
- Sandía.
- Aguacates.
- Salmón.
Tenerlos presentes en tu planificación semanal marcará la diferencia entre un cuerpo agotado y uno que se adapta con menos sufrimiento al esfuerzo.
Suplementos, sí… pero con cabeza
En algunos casos, los suplementos de magnesio pueden ser útiles, sobre todo si la dieta no es suficiente. Aunque lo ideal es obtener los nutrientes a través de los alimentos, ciertos perfiles pueden beneficiarse de un refuerzo extra. Antes de lanzarte, conviene valorar tu situación general. Realizar un test de salud puede ayudarte a identificar si hay déficits que explicarían una mayor sensibilidad muscular o una recuperación más lenta de lo habitual.
Las agujetas no tienen por qué ser una penitencia inevitable. Con atención a lo que comes, descanso de calidad y algunos trucos bien aplicados, se pueden sobrellevar mucho mejor e incluso evitar que se repitan con tanta intensidad. Cuidar los músculos también es parte del entrenamiento.