“Somos dos jetas en bata”. Así se describen Los Gandules, el dúo aragonés que ofrecerá este viernes el concierto especial de la noche de San Juan. Porque ése es el atuendo con el que se presentan en cada concierto: ataviados con bata de señor de los 80, pantuflas y dos guitarras, una acústica y otra eléctrica. Dun Gandul, uno de sus integrantes, reconoce que su bata es la que más abriga. “Con la ola de calor esto se hace más duro, pero así me recuerda que esto no deja de ser un trabajo”. Un trabajo divertido, a pesar de todo. Y como prometen diversión y risas, esperan que la gente de Haro “haga la hoguera con leña y no con nuestras batas”. “Nos encanta venir a La Rioja. Al menos una vez al año venimos a actuar a esta tierra que siempre nos acoge genial”.
Los Gandules comenzaron su andadura artística en 2002 y en Haro, donde ya han estado en una ocasión, presentarán su nuevo trabajo ‘Noches de Bingo’, disco que cierra su trilogía de humor costumbrista musical que arrancó con ‘Mañanas de Petanca’ y que siguió con ‘Tardes de Merienda’. El título del último disco no viene dado porque vieron hasta reventar el VHS de ‘Los bingueros’ de Ozores y compañía. “Nos agotan los juegos de estrategia, esos en los que hay que pensar mucho”, confiesa Tobo Gandul, el compañero de Dun en el escenario. “El bingo es un juego que no requiere pensar ni nada y por eso nos mola”. Y Para Haro, capital del vino de Rioja, Dun también dice que la canción ‘Control de alcoholemia en Badajoz’, presente en este último disco, puede irle ni que al pelo. Un trabajo que está influenciado, dicen, por la picaresca del Lazarillo de Tormes o por artistas tan dispares como The Who, The Doors o Enrique y Ana y en el que hablan de temas “tan actuales” como los ponys, el 23-F, el gluten o el censo.
Por eso el repertorio que ofrecerán Los Gandules en Haro se basará en su mayor parte en este último trabajo. “Está gustando mucho y la gran parte del concierto irá en base a este disco aunque también tocaremos míticas canciones que nuestros seguidores conocen”, explica Dun. Entre esos temazos, el que más piden en sus concierto es, sin duda, ‘La Nasa siempre manda cohetes’, aunque ellos mismos reconocen que no les gusta. “Hay mejores que esa, como la de la tuneladora, la del ginecólogo rumano o una del último disco que habla del rugby y que se titula El increíble pabellón auditivo menguante”, indica Tobo.
“Pensamos cada canción hasta la última coma”
Pero a pesar de estos títulos tan cachondos que chocarán a los lectores que no conozcan a Los Gandules, detrás de los escenarios existe un auténtico trabajo de ingeniería, fuera coñas. “Mi compañero y yo nos reunimos en casa uno frente al otro, nos miramos y pensamos cada canción hasta la última coma”, confiesa Dun con seriedad. Pero también reconoce que, aunque sus canciones son el hilo conductor de cada concierto que “es distinto al anterior”, hay parte de improvisación. Y es que uno de los mayores éxitos de su espectáculo está en la interacción con el público y en sus reflexiones a salto de mata entre canción y canción.
Y entre ese público, Dun espera ver a su sobrina que trabaja como pediatra en el Centro de Salud de Haro. “Tengo que llamarla para que venga a verme al concierto”. Otra de las cosas que quiere hacer también es algún día poder disfrutar de la Batalla del Vino. “En mi pueblo, en Calatayud, también nos tiramos vino, pero no en plan batalla ni mucho menos. Me flipa ese color de la ropa después de la fiesta”.
Los Gandules también han hecho sus pinitos en la televisión aragonesa, en programas del canal Factoría de Ficción, en Pasapalabra o en películas como ‘Tensión sexual no resuelta’ y ‘Mi gran noche’, de Álex de la Iglesia. Pero su gran sueño con todo el dinero ganado que puedan acumular “es abrir un gastro-club de gintonics y churros que tenga por lema moja los mejores churros recién hechos en tu gin-tonic con pimienta y pepino de 15 pavos”. Cierto o no es un sueño alcanzable después de todo.