Los videojuegos son objeto de recelo por parte de muchos padres que consideran este universo de entretenimiento digital un enemigo del rendimiento escolar que esperan de sus vástagos. Perciben las videoconsolas como “amenazas” reales más allá de las hazañas épicas protagonizadas por los pequeños -y no tan pequeños- “gamers” en esos mundos virtuales. ¿Y por qué no convertir esas “amenazas” en reclamos positivos para el aprendizaje de nuestros hijos? La Universidad EUNEIZ, pionera en ofrecer grados oficiales en el ámbito de los videojuegos en Euskadi y norte del país, apuesta por potenciar los efectos positivos de un consumo responsable del ocio interactivo, además de transformar las vocaciones juveniles en oportunidades de futuro profesional en esta poderosa industria económica.
Entre los beneficios de un uso equilibrado del entretenimiento digital destaca el desarrollo de habilidades como la atención, la creatividad, la memoria, los idiomas y el trabajo en equipo. “Muchos juegos están diseñados para mejorar la lógica, la resolución de problemas y la coordinación mano-ojo. Incluso se ha observado que ciertos videojuegos pueden ser útiles para mejorar la dislexia al fomentar la concentración, la resolución rápida de imprevistos que ponen en juego la capacidad motora y la lectura rápida. Pero, además, facilitan también el aprendizaje de contenidos educativos y el desarrollo de habilidades cognitivas”, explica la directora académica de los grados en videojuegos de EUNEIZ, Sandra Samper. Videojuegos como Civilization o Age of Empires, que son juegos de estrategia, permiten aprender sobre la historia de la humanidad, descubrir sobre sus unidades, tecnologías y arquitectura, y experimentar con diferentes enfoques políticos y culturales. Los juegos de puzles y lógica como Portal, The Witness, Fez, Baba is You o el famoso Tetris, desafían al jugador a resolver laberintos, patrones e incluso a modificar las reglas y, en definitiva, a desarrollar capacidades de resolución de problemas y pensamiento lógico requeridas en muchos campos, como la informática, las ciencias, las matemáticas y la ingeniería.
Incluso los videojuegos pueden servir como una plataforma para la sociabilización. Contrariamente a lo que puede parecer, muchos juegos en línea ofrecen la oportunidad de interactuar con amigos y compañeros de todo el mundo, desarrollando habilidades sociales y de trabajo en equipo. Los juegos son una excusa para estar en contacto con otro ser humano, no solo para divertirse, sino para profundizar y aprender sobre las relaciones, humanas, los roles de equipo, o las relaciones de poder.
Los “serious games”, una herramienta en auge
Más allá del entretenimiento, los “serious games” (juegos diseñados con fines formativos o para la toma de mediciones o el uso de la inmersión) se han convertido en una herramienta clave no solo para el sector educativo, sino también para el sanitario, el turístico, el científico, la planificación urbana o el deporte, entre otros muchos ámbitos, por su capacidad para motivar el aprendizaje y fijar el conocimiento de una manera dinámica. El bien conocido Minecraft, en sus versiones educativas, se ha utilizado en entornos educativos para enseñar una variedad de temas dispares, desde historia hasta matemáticas. Sin embargo, otros juegos serios, no tan conocidos, están ayudando al ser humano a resolver problemas complejos como Foldit, un juego en línea que reta a los jugadores a la resolución de plegamientos de proteínas o Re-Mission, juego desarrollado por HopeLab para jóvenes con cáncer, cuyo objetivo es luchar contra las células cancerosas y comprender mejor los tratamientos.
Entonces, ¿cómo potenciar esos valores positivos de los videojuegos en nuestros hijos? “Siendo conscientes de esos beneficios, es necesario guiar a los más jóvenes en esos buenos hábitos a la hora de consumir este medio de entretenimiento y aprendizaje”, advierte Samper. En primer lugar, es esencial revisar el sistema de clasificación PEGI (Pan European Game Information) antes de adquirir un videojuego para los hijos. Este sistema proporciona información detallada sobre el contenido del juego, asegurando que sea apropiado para la edad del niño. Este simple paso puede ayudar a evitar situaciones incómodas y asegurar que los juegos sean educativos y seguros.
Además, los padres deberían establecer límites de tiempo para el juego y asegurarse de que exista un equilibrio saludable entre las actividades físicas, académicas y digitales. Jugar junto a los hijos también es una estrategia efectiva. Esta actividad no solo permite a los padres monitorear el contenido de los videojuegos, sino que también fortalece los lazos familiares y proporciona una oportunidad para enseñar valores como la paciencia, la tolerancia a la frustración, la resiliencia y la ética de trabajo.
Un sector económico con grandes oportunidades
Algo que, a edades tempranas, puede ser una afición, o incluso una pasión, puede convertirse también en un futuro profesional muy prometedor. Con 3.228 jugadores, la industria del videojuego es un potente sector que se estima facturará en 2025 alrededor de 211.000 millones de dólares a nivel mundial. España es el quinto mercado europeo y el decimotercero mundial, con una facturación de 1.281 millones de euros y una previsión de ingresos para 2025 de 2.239 millones de euros. De hecho, el mercado de trabajo en el sector del videojuego español sigue creciendo progresivamente. En 2021, el ocio interactivo empleó en España a 8.833 personas, con un incremento del 10% respecto del año anterior y se prevé que, en dos años, el sector en España emplee de forma directa a más de 13.000 profesionales. “La industria del videojuego no solo ofrece oportunidades de trabajo directas para diseñadores, artistas y desarrolladores, sino que también crea numerosos puestos de trabajo indirectos en áreas como el desarrollo de software, el desarrollo de contenido digital, en marketing o en gestión de proyectos, entre otros”, afirma la directora académica de los grados en videojuegos.
Por tanto, fomentar hábitos saludables y reconocer los beneficios potenciales ayuda a que los videojuegos pueden integrarse de manera positiva en la vida de los jóvenes, proporcionando no solo diversión, sino también oportunidades de aprendizaje y desarrollo profesional, que nunca habíamos tenido al alcance en Euskadi. En la Universidad de Vitoria-Gasteiz EUNEIZ se imparten desde el pasado curso las dos primeras titulaciones oficiales en este ámbito en Euskadi- Grado en Arte para Videojuegos y Grado en Diseño y Desarrollo de Videojuegos- que buscan precisamente formar a los jóvenes en todo el proceso de creación de videojuegos, desde el perfil Artist, más enfocado al arte y la animación, hasta el perfil Developer, que se centra en el diseño y la programación. En ambas titulaciones EUNEIZ mantiene una estrecha relación con el sector de los videojuegos, a través de los profesores, -procedentes de la industria-, las prácticas de los alumnos en estudios de este ámbito y unos partners que permiten estar en la vanguardia del ecosistema del videojuego.
Además, la Universidad de Nuevas Tecnologías, Deporte y Salud cuenta con el “know how” de ENTi-Universidad de Barcelona, una “experiencia de éxito” que ahora se traslada a Euskadi, y que en 2011 inició ese camino en Cataluña con la implementación de forma pionera del primer grado universitario del sector de los videojuegos, -posteriormente seguido por otras universidades catalanas-, y que ha permitido convertir Barcelona en un referente del sector de los videojuegos en todo el sur de Europa. Hoy en Cataluña están instaladas las más importantes multinacionales del sector, con el correspondiente impacto económico positivo, en cuanto a creación de empleo y bienestar.
Especializada en Nuevas Tecnologías y en su aplicación a otras áreas de conocimiento como el Deporte y la Salud, la Universidad EUNEIZ ofrece este curso 2023-24 ocho titulaciones orientadas a sectores estratégicos y emergentes con gran proyección profesional. Dentro de su apuesta por la innovación, además de los grados en videojuegos, ofrece también titulaciones tecnológicas pioneras en el País Vasco como el Grado en Producción Musical y Sonido para la Industria del Entretenimiento y el Grado en Ciberseguridad.