La Cofradía de la Vega finaliza un curso “complicado y difícil”, pero que ha estado marcado por la continuidad en la dinámica interna de la entidad, que arrancó a recuperar cierto clima de normalidad el pasado mes de mayo y en el que se han acometido varias actuaciones de peso sin afectar, en ningún caso, a sus cuentas, que vuelven a mostrar un estado notablemente saneado. “Positivo”, incluso, gracias a la donación de dos legados que sumaban 17.650 euros y a la existencia en caja de otros de 3.370 que consolidan un superávit provisional de 15.851 euros en las arcas de la institución, despues de haber igresado 57.235 euros y gastado 44.785 durante estos doce últimos meses. Ahí es nada.
La responsable del área económica de la cofradía, María Ángeles Canta, reconocía que es una cifra “especialmente elevada” porque la entidad religiosa se vio obligada a acometer obras que no se podían aplazar en el tiempo para poner solución definitiva a los problemas de humedades que sufría la basílica de la patrona, y porque la solvencia advertida gracias a la recepción de ingresos extraordinarios durante ese periodo permitió encargar la restauración de dos lienzos del siglo XVIII con especial valor artístico y sentimental para los cofrades. Estos son ‘La presentación en el templo del niño Jesús’ y ‘La presentación en el templo de María’, y la instalación de un nuevo sistema de iluminación para los ‘salomones’ del templo, que se estrenará el 29 de agosto.
De hecho, en un mandato “atípico”, venía a destacar su mayordomo, Beatriz García, la junta de gobierno que lidera ha podido afrontar todos y cada uno de los retos que han ido surgiendo durante este tiempo, procediendo al mismo tiempo a la restauración de la demanda y el varal del estandarte de la cofradía, trasladando a la comunidad de clarisas de Castil de Lences (Burgos) uno de los mantos de la Virgen, éste datado en 1868, más concretamente, para su mejora y reeditando el libro de la novena de la advocación mariana, actualizando de esa manera las imágenes y su contenido.
Homenaje a las personas que posibilitan cada año el milagro de las espigas
Con todo, la máxima responsable de la institución jarrera avanzó durante la asamblea general celebrada este mismo lunes el interés por afrontar, a lo largo de su último año de mandato, dos intervenciones de gran importancia. La primera, el diseño y puesta en marcha de un nuevo modelo de iluminación para el templo de la Virgen de la Vega, nave central y naves laterales, de forma “casi inmediata”, aunque con cargo a los presupuestos del bienio 2022-2023, dada la envergadura del proyecto. La segunda, la rehabilitación del solado de la Basílica, a más largo plazo, por la complejidad que presenta dicha intervención en la basílica.

“El propósito que nos marcamos es valorar varias posibilidades y presupuestos, antes de tomar una decisión firme”, explicaba al cierre del encuentro Beatriz García, dejando claro que los próximos meses se dedicarán a la fase de estudio, y que sólo después se planteará la ejecución de las labores de reparación o sustitución de toda la superficie. “Nuestra intención es iniciar la búsqueda de las mejores opciones para entablar comunicación con los órganos pertinentes y necesarios para acometer esta obra extraordinaria”, transmitió a los cofrades.
Actos con motivo de las fiestas patronales
La incorporación de nuevas piezas y escenas al Belén monumental que posee, la apertura de conversaciones con las autoridades locales para que se adopten medidas que permitan controlar la superpoblación de palomas que afecta de forma “perjudicial” a la linterna del templo y la reactivación de las visitas en el Museo de la Virgen de la Vega , constituyen algunas de las actuaciones que se llevarán a cabo a corto plazo, junto a la celebración de un nuevo acto en el que se procederá a la concesión de la ‘espiga de oro’ como “reconocimiento y agradecimiento público a las personas, cultivadores, colaboradores y cortadoras de espigas que posibilitan año tras año que el milagro de las espigas siga celebrándose cada 8 de septiembre”, que se celebrará el próximo 26 de agosto.
Todo ello sin alterar lo más mínimo el calendario de actos que promueve la cofradía de la patrona a lo largo de todo el ejercicio y centrando, ahora, sus esfuerzos en la programación de los actos correspondientes a las fiestas patronales que se celebrarán en apenas nada.
Así, la eliminación de todas las restricciones sanitarias soportadas en estos dos últimos años, y motivo de suspensión de la procesión del Rosario de Faroles, permitirá celebrar, por fin, con “plena normalidad” uno de los encuentros más entrañables para todos los jarreros.

Sin excesivos cambios en el seno de la junta
Además, no se producen, por lo demás, excesivos cambios en el seno de la junta de gobierno que encabeza, como mayordomo, Beatriz García un año más. Javier Osés ejercerá como abad, Beatriz Rudíez ocupa el puesto de procuradora y Luis Alberto García y Eduardo Arellano se sitúan como viceprocuradores dentro de un organigrama donde María Jesús Castro será la camarera mayor de la virgen, Javier Garrido seguirá ejerciendo como secretario, María Ángeles Canta mantiene el control económico de la institución y Enrique Barrasa continúa como clavero. Pilar Palacín es la persona elegida para gestionar la filial con que cuenta la Cofradía de la Vega en Madrid.