En 1898 sería iluminada colocando una lámpara incandescente en un árbol próximo, para días más tarde trasladarla al pilar de piedra que a su lado existía.
Finalizando el siglo XX e inicios del XXI y a la espera de una profunda rehabilitación, ya que únicamente había sido retocada en ocasiones y abandonada a su suerte, se encontraba cubierta por el asfalto siendo utilizado el rincón que forma con las escaleras de los Jardines de la Vega como aparcamiento.
En enero de 2005 el arquitecto municipal Eduardo Llona realizaría una actuación que permitiría observar sus, durante años, ocultos cinco caños. Trabajo que dejaría abierta la posibilidad de una próxima restauración.


Recuperación que debería esperar hasta 2010, año durante el que la Escuela-Taller ‘El Coso VI’, realizaría las siguientes actuaciones:
1ª) Saneamiento del muro y rejuntado del mismo, talla en piedra del brocal, así como de dos bancos de asiento, bolardos en piedra para cerrar el espacio al tráfico y rótulo con el nombre de la fuente.
2ª) Elevación del suelo y colocación de baldosa para evitar encharcamientos y evacuación de aguas de lluvia.
3ª) Suministrar agua potable por medio de un caño con la colaboración del Servicio de Aguas del Ayuntamiento de Haro.
Siendo responsable del módulo de cantería el maestro Fernando Javier Hoyos Pérez, que contaría con la ayuda de Héctor Ábalos Murga, Abdellatif Belkassmi, David Calvo Revilla, Iván Cascón López, José Pedro Gabarri Federa, Alejandro González Pascual, Pablo Murillo Ortega, Adrián Samaniego Del Campo, Alberto Villalengua Rupérez.
Correspondiendo el módulo de albañilería a la profesora Marta Pesini Ruíz que contaría con la contribución de Igor Fiat Laita, Antonio Gabarri Gabarri, Emilio Gabarri Gabarri, Víctor Ángel Gabarri Jiménez, Hernán Manzano Piedrahita, Freddy`s Alberto Marriaga Marriaga y Luis Carlos Nogueira Goncalves.

Patrones que contarían con la colaboración de la Brigada de Obras y el Servicio de Aguas Municipal, dirigida por el aparejador municipal Antonio Porres Díaz.
Pero la fortuna volvería a serle esquiva y nuevamente necesitaría atención para su compostura, ya que un hecho fortuito, como lo fue la tormenta que descargaría durante el atardecer del viernes 12 de julio de 2013, haría que el vallado de seguridad y la parte del muro lindante con la fuente y las escalinatas que comunican con la calle Portugal, se vinieran abajo a causa de las erosiones producidas por las filtraciones hídricas.


En esta ocasión su restauración no se haría esperar, propiciando que, en escasas fechas, el nuevo lateral hormigonado de la fuente acogiera un frontispicio en el que destaca una talla de la imagen de Nuestra Señora la Virgen de la Vega donada por Carlos Eguizábal Alonso en memoria de su padre Marcos Eguizábal Ramírez, según reza la placa a su lado adosada.